El financiamiento de los partidos políticos ha sido un tema de creciente interés para las democracias contemporáneas, por su influencia transversal que sobrepasa una visión inmediata sobre el ingreso y los gastos de partidos políticos y candidatos. El financiamiento es vital para la sobrevivencia de los partidos políticos y para su acción permanente que incide en la vida política de la comunidad.
Sobre el tema de financiamiento, existe una tendencia al aumento de los gastos de los partidos políticos motivado por los altos costos de las campañas electorales y el mantenimiento de las estructuras partidarias; al suceder eso, los partidos han tenido que recurrir a fuentes de financiamiento privadas, algunas de ellas no licitas; y los sistemas de fiscalización han sido poco funcionales.
Por lo anteriormente dicho y además con el debate que tenemos sobre la reforma fiscal, han surgido opiniones sobre la eliminación del financiamiento público de los partidos bajo la premisa que los partidos no necesitan ese dinero y que es un mero desperdicio del erario público, pero sobre ese punto les daré una respuesta sobre el tema del financiamiento público de los partidos políticos
Por esa razón quiero destacar, que los partidos políticos resultan ser piezas fundamentales para la pluralidad política. En democracias modernas, los partidos se han convertido en los engranes del conflicto político, lo generan, lo contienen y, según sea el caso, lo resuelven. Las oportunidades de participación electoral han quedado enmarcadas por la decisión de los partidos y, en esta medida, cuestiones como la cultura política dependen de la percepción de la ciudadanía sobre el entorno partidista.
Sobre el financiamiento público hay puntos a favor sobre ese tema como
a) Generan un piso básico para la equidad de la competencia política
b) Apoya a los partidos para que desarrollen sus actividades constitucionalmente establecidas y en consecuencia al desarrollo democrático del Estado
c) Dota a los partidos políticos de un nivel de independencia del financiamiento privado evitando el tráfico de influencias y la corrupción.
d) Evita que los partidos recurran a fuentes ilícitas
e) Obliga a los partidos a rendir cuentas y actuar con transparencia.
Al decir los puntos a favor, sé que muchos dirán que hay algunas fallas como: Los partidos no han mejorado su imagen pública con los electores; que el financiamiento público no ha evitado el financiamiento ilegal ni la corrupción; influencia del narcotráfico en la política; Que hay demasiados partidos que muchos de sus dirigentes viven de ese financiamiento y otras cosas que el pueblo ha dicho y se vive mencionando desde tiempos inmemorables en la democracia moderna.
Suena sencillo que se suspenda el financiamiento estatal de los partidos, pero al final resultaría un vivo ejemplo de que lo barato sale caro. Que, si se ejecuta, el sistema político quedará en manos de quienes entiendan que es buena inversión económica. Ahí se abriría una caja de pandora donde se engrosaría la plutocracia y se proliferaría la política más como un negocio de
elites y no como organismos que garanticen la participación plural en igualdad de los ciudadanos.
La mejor propuesta que se puede hacer es tanto transparentar y que se logre ejercer controles efectivos al financiamiento. Todo eso para que nuestras principales herramientas de la democracia, que son los partidos políticos no colapsen, en cambio se logre engrandecer y mantener nuestro sistema democrático que no es perfecto pero cada día se tiene que reforzar a los partidos porque son el primer paso para la institucionalidad de nuestro Estado Social Democrático y de Derecho.
Para terminar, quiero recordar que la democracia es un sistema complejo y claramente no es perfecto, se requiere constantemente de sacrificios y aceptar cosas que nos disgustan, pero es siempre mejor que la alternativa. Al final la democracia nunca ha sido mala, lo que hay que mejorar es la cultura institucional y política para así obtener una verdadera diferencia en los resultados.