Bajo la actual coyuntura de petróleo barato por el pobre crecimiento de la demanda y exceso de oferta, en un cálculo beneficios-costos Venezuela sale perdiendo, si como dice la oposición política, termina el “petróleo regalado”.
Perdería lealtades incondicionales de países beneficiados, es decir, votos y apoyos en organismos internacionales, también el monopolio en un mercado petrolero de 750 millones de barriles de crudo en diez años, de 17 socios de Centroamérica y el Caribe.
Me concentro en lo último y dejo al lector que valorice el costo de perder lealtades, cuando en Venezuela existe un vacío político y los grupos de bajos ingresos no responden a un solo lado como cuando Chávez. La OPEC escogió entre reducir su oferta para aumentar el precio y la cuota de mercado, prefirió lo segundo, lo que debería imitar Venezuela. Su prioridad debe ser conservar el mercado de Centroamérica y el Caribe, porque si con la caída de precios ha perdido casi dos terceras partes de los ingresos de divisas, la pérdida sería mayor si también pierde cuota de mercado.
Revisemos el caso dominicano, si se interrumpe el financiamiento Petrocaribe no afecta la economía ni el presupuesto del gobierno, además estaríamos en libertad de comprar combustibles al mejor ofertante en los mercados spot y de contratos. Venezuela nunca ha regalado petróleo a República Dominicana, tampoco precios preferenciales o subsidiados como erróneamente se repite, siempre hemos pagado precios internacionales. No descarto que desate una crisis en Cuba, sus relaciones con Venezuela representan la cuarta parte de la economía. Mientras Venezuela financió al gobierno dominicano hasta 50 mil barriles al día, equivalente a 35% de nuestras necesidades petroleras, a Cuba 105,000 barriles diarios, el 60% de sus necesidades. El mercado dominicano de 140 mil barriles y 175 mil barriles el de Cuba, ambos diarios.
Por las precarias condiciones de las finanzas del gobierno y pérdidas operativas de Pdvsa, Maduro suspendió o redujo la cuota bajo financiamiento y duplicó el interés, el nuevo nivel no representa ningún beneficio para algunos países. Petrocaribe se apoya en el precio West Texas Intermediate (WTI), comenzando con US$15 el barril. Por ejemplo el viernes pasado, el crudo de Venezuela cerró a US$31.24 el barril, inferior al Intermedio Texas (WTI) de US$35.62 y del costo de producción de Pdvsa. A ese precio, según el Acuerdo, el financiamiento al gobierno dominicano debió ser 25%, pero es casi seguro que no fue así, Maduro aplica la condición de que depende de “cualquier circunstancia que obligue al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a cambiar la cuota asignada”. La prueba es que, no obstante el presupuesto del 2015 incluir un financiamiento por US$650 millones (RD$29,900 millones), estimando el barril WTI en US$50, el desembolso ha sido de US$96.4 millones (RD$4,434 millones) en los primeros nueve meses.
Lo que parece influyó para que el gobierno no estimara un monto en el presupuesto de 2016, aunque el barril de crudo aparece con US$48.80, al que corresponde un financiamiento de 30%. Y fue correcto, porque además de la precariedad de las finanzas públicas de Venezuela, el financiamiento sería 5% si el precio se reduce a US$15, lo que no es descartable de continuar el exceso de oferta mundial.