Se ha dicho ya muchas veces, pero hay que volver a repetirlo: mientras en este país no exista un Ministerio Público que no dependa ni financiera ni jerárquicamente del Poder Ejecutivo, es decir que sea verdaderamente independiente, no se podrá enfrentar de manera efectiva la corrupción que nos degrada y empobrece, y los políticos corruptos, no seamos ingenuos, no van a afilar cuchillos para sus gargantas. Igualmente puede decirse, apalancados en la misma lógica, del Fiscal Electoral responsable de la investigación y persecución de los crímenes y delitos electorales que ordena crear la recién aprobada Ley de Régimen Electoral, que ni será imparcial ni será independiente ya que tendría que ser designado por un Ministerio Público susceptible de que le “bajen línea“ desde el Palacio Nacional. El senador peledeísta José Rafael Vargas, quien formó parte de la Comisión Bicameral que trabajó en la redacción de la pieza, reconoce que ese fiscal no será un ente neutral, y lo dijo como quien anuncia un mal inevitable, tal vez porque cree tener la coartada perfecta; habría que modificar la Constitución para que fuese de otra manera. Como por ejemplo la que sugirió el senador José Manuel Paliza, presidente del PRM, de que la Procuraduría Especializada fuera escogida mediante el consenso de los partidos como una forma de garantizar, en el mayor grado posible, su independencia e imparcialidad, o por la Cámara de Diputados. Es otra de las desagradables sorpresas que nos tiene reservadas la Ley de Régimen Electoral, pero que al igual que en la Ley de Partidos no pueden atribuirse a las prisas conque fueron aprobadas sino a la mala fe de sus perpetradores. Y, mas que nada, a la determinante mayoría peledeísta en el Congreso Nacional, que trabaja como si no quisiera dejar cabos sueltos en el propósito de crear las condiciones para que el PLD pueda perpetuarse en el poder, con o sin la reelección del presidente Danilo Medina.