Aunque lo habíamos escrito antes, nunca pensamos que las imposiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), nos impondrían un chaleco de fuerza con nuevas medidas impositivas fiscales, no obstante, en las elecciones congresuales, el señor Presidente de la República, doctor Leonel Fernández, había prometido a la ciudadanía que no impondría nuevas disposiciones impositivas, como se venía rumorando por debajo en los diferentes estratos del pueblo dominicano.

El FMI, a pesar de en estos momentos estar descabezado, ha enviado una misión, o mejor dicho una guardia pretoriana, que ha desestimado las promesas realizadas por el primer mandatario y le ha exigido  enviar al Congreso Nacional vía el Senado, un paquete fiscal que incluye gravámenes a los juegos de azar, las viviendas suntuarias, los activos de las instituciones financieras y dentro del impuesto selectivo al consumo, un 10% a las telecomunicaciones, en donde se incluye el servicio del telecable.

En esta ocasión, se le olvidó al FMI la recomendación que hiciera de la reducción de los gastos del Gobierno, especialmente en el tren administrativo.  Sin embargo, nuestro Presidente, para demostrar una independencia ficticia de este gendarme financiero, nombró más de cincuenta personas en un servicio exterior sumamente deficiente y exagerado, en donde, por el exceso de personal y el reducido espacio de las embajadas, consulados y legaciones, más de un 40% de los nombrados, cobran sus cheques en dólares desde sus hogares en la República Dominicana.  Hemos llegado hasta el colmo, que la legación dominicana en las Naciones Unidas es más numerosa que la de la Unión Soviética, que tiene una población 25 veces mayor que la nuestra y una extensión territorial 343 veces la República Dominicana.

Mencionar el número de vicecónsules, viceministros y asesores, necesitaríamos cifras de varios dígitos para poder expresar su número y, sin embargo, los fondomonetaristas se abstuvieron de reprimir al Gobierno por el despilfarro de los fondos públicos en estas “botellas”.

De igual modo, el FMI no objetó ni enmendó la plana al Gobierno por la compra de miles de vehículos y autobuses para entregárselos a poderosos sindicatos, otorgándoles, además, un suculento y urticante subsidio de miles de galones de combustible.

Con la excusa de destinar el 4% del PIB a la Educación según lo demandan, tanto los partidos políticos como instituciones privadas, el señor Presidente se ha despachado con este “Paquetazo Fiscal”, que pretende llevar la presión tributaria al 15%. Esto conlleva también reducir las exoneraciones para establecer los gravámenes sobre la base de actividades superfluas y hasta negativas, como es el juego de azar, en el cual intervienen las bancas de apuestas.  Para nosotros, estos son los escrúpulos de María Gargajos, ya que el Estado, por medio de la Lotería Nacional, es socio de las mismas.

La ciudadanía que veía con ojeriza el pago del 1.5%, el cual será eliminado de manera gradual,  tendrán que “chuparse” ahora el 1% a los activos de las instituciones financieras, ya que es conocido por todos que “la soga rompe por lo más débil” y por tanto, a los depositantes y ahorradores se les traspasará este impuesto.

El FMI como regalo de la temporada ciclónica, ha impuesto que la tarifa eléctrica sea aumentada en un 8%.  Estirando la cuerda o apretando la rosca, se puede romper “la paz” y si esto llegara a suceder, los del Fondo estarán a salvo en sus respectivos países, eligiendo el sucesor de Dominique Strauss Khan (DSK), el cual se podrá afirmar sin lugar a equívocos, que será el próximo presidente nuestro.

Que sea un Acuerdo Stand-By, Puente o como lo quieran designar, en las elecciones presidenciales del 2012, el Juan Pueblo sabrá vengarse y apropiarse del tantas veces expresado eslogan del profesor Juan Bosch:  “conocemos al cojo sentado y al tuerto durmiendo”.