El FMI y el subsidio al sector eléctrico

El FMI y el subsidio al sector eléctrico

A partir del 2005, el Gobierno viene consignando en sus presupuestos anuales un subsidio directo al sector eléctrico que oscila entre los US$350 millones y US$400 millones.

La realidad siempre ha sido que año tras año las estimaciones originales del subsidio eléctrico se ven sobrepasadas con creces debido a la ineficiencia, mala gestión, exceso de personal y gastos corrientes de las distribuidoras y la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).

El subsidio real ejecutado anualmente del 2005 al 2009 ha oscilado entre los US$600 millones y los US$1,200 millones, subsidio que no incluye las aportaciones del Gobierno para inversiones en infraestructura eléctrica (centrales hidroeléctricas, líneas y subestaciones).

A pesar de los cuantiosos recursos del subsidio, al final de cada año la deuda corriente a más de 30 días con los generadores termina entre los US$150 millones y US$200 millones.

A pesar de que las autoridades se comprometieron con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a que en el 2010 el subsidio directo al sector eléctrico no excedería los US$604 millones (según la Carta de Intención del 3 de diciembre de 2010), este compromiso no se cumplió y el subsidio directo en el 2010 terminó alrededor de los US$700 millones.

Imposible cumplir con FMI.  Para que se tenga una idea de la magnitud de los compromisos asumidos para el 2011 con el FMI por el Gobierno y las autoridades del sector eléctrico, en el 2010 el déficit en flujo de caja de la CDEEE se situó en el orden de los US$269 millones, el cual es ocasionado por las grandes pérdidas que representan los contratos IPP de San Felipe (Smith and Enron) y Cogentrix (actual Compañía Eléctrica San Pedro de Macorís -CESPM), firmados en el periodo 1988-1996 y 1998-2000 respectivamente y por el exceso de personal y gastos corrientes de la CDEEE, cuya nómina en diciembre del 2010 era superior en alrededor de un 50 por ciento de la nómina que tenía la CDEEE en agosto de 2004.

Como para  2011 no se prevé que la conversión de CESPM a gas natural se materialice, ni que se produzca una renegociación del contrato IPP con San Felipe que reduzca las cuantiosas pérdidas que el mismo ocasiona a la CDEEE, ni que se produzca una reducción drástica en los gastos corrientes y la nómina de la CDEEE, es previsible que el déficit en flujo de caja de la CDEEE en 2011 sea igual o mayor al ocurrido en  2010.

En el caso de las distribuidoras, el déficit en flujo de caja de 2010 se situó en el orden de los US$753 millones, el cual es ocasionado por la ineficiencia, pésima gestión y exceso de personal y gastos corrientes de esas empresas, las cuales presentan una nómina de empleados que es superior en alrededor de un 25 por ciento con relación a la nómina de agosto de 2004.

Para poder reducir drásticamente el déficit en flujo de caja de las distribuidoras, se necesita una inversión económica importante y sostenida en infraestructura de distribución, así como una disminución significativa de los gatos corrientes.

Estas acciones no se vislumbra que serán realizadas en el 2011 por lo menos con la celeridad que las circunstancias y los compromisos asumidos con el FMI demandan. En  2010, las inversiones en distribución fueron inferiores a las inversiones realizadas en  2009 en por lo menos un 35%, situándose en el orden de los US$50 millones. Las autoridades del sector eléctrico han cifrado sus grandes esperanzas de inversiones en el área de distribución a los desembolsos de los organismos multilaterales de financiamiento (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, OPEC) habiendo declarado que contemplan invertir solo en distribución un monto de unos US$500 millones en dos años (2011-2012), a razón de US$250 millones por año.

La experiencia del pasado demuestra que los desembolsos de los financiamientos de los organismos multilaterales se tornan sumamente lentos debido a las exigencias, condiciones, reglamentaciones y normas que poseen dichos organismos, las cuales deben ser cumplidas al pie de la letra antes de poder autorizar cualquier desembolso.

En adición, la situación se complica aún más por las fuertes condicionalidades de cumplimiento que el FMI ha colocado para el 2011 al sector eléctrico y al hecho de que el actual acuerdo estará sujeto a revisiones trimestrales.

Una suspensión del acuerdo por cualquier incumplimiento por parte del Gobierno, así como la no asignación de los fondos de contrapartida de los financiamientos a que el Gobierno se ha comprometido, como ocurrió recientemente, pone en peligro los desembolsos de los financiamientos al sector eléctrico.

Todo luce indicar que la ilusión de invertir US$250 millones por año por los próximos dos años en el área de distribución no pasará de ser una quimera difícil de alcanzar, por lo cual la reducción de pérdidas de las distribuidoras y del déficit financiero del sector eléctrico seguirá marchando a pasos lentos

Veremos cómo en el transcurso del 2011, el Gobierno se verá obligado a pedir dispensas al FMI por el incumplimiento de las metas del sector eléctrico y es muy probable que a mediados del año se esté enviando al Congreso un presupuesto complementario para subir el monto del subsidio directo al sector eléctrico a expensas de recortes a los presupuestos de las demás instituciones oficiales, tal y como ocurrió en el 2010. Se volverá a sacrificar a instituciones gubernamentales para premiar la ineficiencia, mala gestión, exceso de personal y gastos corrientes de las distribuidoras y la CDEEE. Si no se produce un aumento significativo en el subsidio directo al sector eléctrico presupuestado para el 2011 (US$350 millones) los apagones se incrementarán considerablemente.

La realidad se impone.  Las propias autoridades del sector eléctrico públicamente han declarado que su aspiración para el 2011 es reducir las pérdidas totales que se sitúan en la actualidad cercanas al 45 por ciento, entre un 5 por ciento y 7 por ciento. Estas declaraciones implícitamente reconocen la imposibilidad de poder cumplir con los compromisos asumidos con el FMI y que al final de 2011 el déficit en flujo de caja de las distribuidoras y la CDEEE se situará en alrededor de los US$900 millones y el subsidio directo alrededor de los US$700 millones, tal y como lo ha reconocido públicamente el presidente de AES, mientras la deuda corriente a más de 30 días con los generadores al finalizar el 2011 terminará entre los US$150 millones y US$200 millones.  

La cifra

753 millones de dólares  alcanzó el déficit en el flujo de caja de las tres distribuidoras de electricidad durante el pasado 2010. Este déficit es generado básicamente por la ineficiencia en el cobro, la mala gestión y el exceso en el gasto.

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Misión imposible

Con o sin aumento del petróleo es prácticamente imposible cumplir con las metas eléctricas acordadas con el FMI. La subida de los precios del petróleo le proporciona al Gobierno la excusa perfecta para renegociar las condiciones que no podían cumplir con el FMI. Los dominicanos no debemos hacernos  ilusiones ni esperanzas de que la situación deficitaria y de pésimo servicio eléctrico mejorará en el 2011 y hay que estar preparados a seguir  sometidos a los aumentos en la tarifa eléctrica para cubrir la ineficiencia, pésima gestión y exceso de personal y gastos corrientes de las distribuidoras y la CDEEE, así como a los frecuentes, continuos e intensos apagones que siguen azotando a la población, a pesar de las autoridades pretender cambiar la realidad por la percepción de que se suple el 84% de la demanda (¿?) cuando en la realidad apenas se suple el 60%.

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