El francotirador.- No es por nada, pero hubiera sido interesante que, como parte de las investigaciones para establecer responsabilidades por el robo de drogas en la Dirección Central Antinarcóticos de la Policía Nacional (Dican), por el que ayer la Procuraduría General de la República –según el vespertino El Nacional– sometió a la justicia a dos fiscales adjuntos y diez oficiales de la Policía, encabezados por el coronel Carlos Fernández Valerio, su director, se determinara quién ha estado filtrando a la prensa informaciones, en algunos casos exageradas, sobre los supuestos hallazgos de esas pesquisas. Porque es evidente que alguien, con suficiente autoridad, influencia y poder para tener acceso a información clasificada, las ha estado utilizando para hacer leña del árbol caído y tratar de sepultar en el total descrédito a la unidad antinarcóticos de la Policía, a la que, por cierto, no le faltan enemigos. No voy a llegar tan lejos como el amigo Rafael G. Santana, quien hace unos días alertó al presidente Danilo Medina sobre la existencia de una trama “de sectores oscuros”, vinculados al crimen organizado, para hacer colapsar el combate contra el microtráfico en el país, pero es evidente que se quiere aprovechar este escándalo para liquidar el Dican, como han sugerido algunos sectores de la vida nacional. Porque si finalmente resulta que, a raíz de este triste y lamentable episodio, se decide disolver el organismo especializado en la persecución del microtráfico, será también un “triunfo” de ese francotirador oculto que con la oportuna filtración de esas informaciones a la prensa mantiene vivo el escándalo, sin que haya quedado claro a cuáles intereses sirve desde las sombras.