El pasado jueves 26 de febrero me correspondió presentar ante la Asamblea Extraordinaria de la Alianza por la Democracia (APD) la propuesta ante los delegados de la misma de la candidatura del Dr. Leonel Fernández Reyna, como candidato presidencial de dicha organización para las próximas elecciones a celebrarse el 16 de mayo.
Luego de ser escogido por la asamblea, se procedió inmediatamente a la proclamación del candidato presidencial, el cual estableció como un punto esencial de su discurso la necesidad de constituir un Frente por la Recuperación Nacional y por el Progreso, en el cual se puedan integrar las diferentes fuerzas políticas que le respaldan, así como organizaciones sociales y cívicas que entiendan que es necesario sacar la nación de la pesarosa situación en que se encuentra.
Estas notas han sido elaboradas el mismo día en que la República Dominicana cumple 160 años de independencia y vida Republicana. Y es buena ocasión para que asumir el planteamiento que hizo el Dr. Fernández en el sentido de pensar seriamente en que en un momento determinado deberemos arriar las banderas de la APD, del PLD y de las demás fuerzas políticas que constituyan el Frente por la Recuperación Nacional, para levantar, entonces, la bandera tricolor.
El Frente por la Recuperación Nacional y el Progreso (FRENP) debe constituirse en una gran alianza para obtener una victoria indiscutible el próximo 16 de mayo, pero esencialmente debe ser visto como una excelente oportunidad para establecer un gran pacto social para gobernar y sentar las bases de un clima cada vez más favorable a la gobernabilidad democrática en la República Dominicana.
Hablo de la oportunidad que significa este llamado realizado por Leonel Fernández, ya que las probabilidades de ser el próximo presidente del país son muy altas, en la medida en que a 80 días de las elecciones es muy difícil revertir una tendencia en la que la diferencia entre el primer y el segundo lugar se sitúa alrededor de 50 puntos porcentuales.
La promesa que ha hecho el candidato presidencial es la de poner todas sus energías, inteligencia y dedicación al servicio de ese proyecto de nación. El país requiere de que las fuerzas más sanas de la nación dediquen un gran esfuerzo para generar los ahorros que le permitan al país emprender la senda de la recuperación económica, pero también se requieren ingentes esfuerzos en el plano de lo social, de lo institucional y particularmente en producir una mística de servicio y una ética de la responsabilidad con la nación.
El Frente para la Recuperación Nacional y el Progreso debe convertirse en un balladar en la lucha por la transparencia y en contra de la corrupción. Debe ser una zapata para la elaboración de un Presupuesto Nacional participativo en el que se reconozcan las grandes prioridades nacionales, pero también las prioridades de provincias y municipios.
El Frente es también una oportunidad para que en el país hagamos una gran cruzada e favor del ahorro privado, pero especialmente del ahorro público. Se trata de despertar una gran conciencia nacional para el ahorro del agua y la preservación de sus fuentes de abastecimiento; del ahorro de la energía eléctrica, pero también de ahorro en el uso de todo tipo de combustibles. Es la hora del ahorro en la nómina pública, es la hora de eficientización de los servicios y del trabajo de los servidores públicos. Es la hora de contribuir a sentar las bases para una reforma constitucional profunda y consistente que genere el marco para una verdadera reforma del Estado y particularmente de su administración pública.
En definitiva considero que es una extraordinaria oportunidad trabajar en la conformación de un Frente que gane las elecciones, pero que discuta con amplitud y en el seno de la sociedad un programa para gobernar y siente las bases de un plan estratégico de desarrollo nacional. De tal manera que podamos darnos el marco conceptual y político que le permita a la nación generar una visión de futuro y construir de manera creativa y decidida un presente mejor, que de manera sucesiva se vaya aproximando a ese gran proyecto de nación, que solo la conjunción de una diversidad de fuerzas sociales y políticas podrán hacerlo una realidad verdadera.