El fucú de la reelección

El fucú de la reelección

Luciano Castillo
La reelección presidencial, en nuestro país, está signada por una maldición; tiene, como popularmente se dice, un fucú.

Ya en una ocasión escribimos que la reelección es perversa y pervertidora, y ahora sostenemos que está además perseguida por un mal agüero.

Cuando los acólitos y limpia-sacos comenzaron con sus cantos de sirena a promover la reelección a la Presidencia de la República del presidente Hipólito Mejía, y éste reaccionaba con el no en los labios y el sí en su adentro, se desató una catástrofe económica incontenible que asoló al país y se llevó de encuentro la reelección.

Ahora, en los años que discurren, cuando los releccionistas peledeístas, antiguos antireeleccionistas, se destapan a favor de la repostulación del presidente Leonel Fernández, y el “Estado se impuso” al pre-candidato Danilo Medina, dos catástrofes naturales (Noél y Olga) y la gripe aviar han llenado el país de desolación, muerte e incertidumbre, lo que es un claro indicio de que la reelección está marcada por un fucú irreversible.

La reelección presidencial históricamente ha sido funesta y luctuosa en nuestra sociedad; ha traído más mal que bien; la reelección presidencial como la riada que asoló a Santiago de los Caballeros en diciembre pasado, asolará al país en todos los órdenes, porque tiene un fucú.

Para vencer las calamidades y desgracias que conlleva el flagelo reeleccionista, se impone una unidad de voluntades que desemboque en un tsunami de votos, sea por quien sea, contra la reelección en las elecciones generales de mayo próximo.

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