MIAMI (EFE).- Desde hace casi dos décadas las transmisiones televisivas de fútbol en Estados Unidos se identifican de manera casi inalterable con un nombre: Andrés Cantor.
Su inconfundible estilo, sumado a la pasión y entrega que pone en cada uno de sus relatos, sirvieron para confirmarlo como el hombre «gooooooollllll» entre los fanáticos de habla hispana.
Su arribo a Estados Unidos desde su Buenos Aires natal se produjo de una manera algo traumática, en un momento difícil de la temprana adolescencia, cuando dejar atrás a sus afectos lo golpearon fuerte.
«Llegué originalmente en 1975 porque mi papá, que es médico, tenía una beca en UC Davis, en Sacramento, California», pero «aguanté sólo seis meses», dijo Cantor a EFE.
Tenía 13 años para 14 y me volví a Argentina sólo. Estuve allí un año en casa de mis tíos en Buenos Aires hasta que en 1977 me radiqué definitivamente en Los Angeles, donde ya se había trasladado mi familia», agregó.
En Los Angeles finalizó el colegio secundario (High School) y más tarde inició la carrera que lo llevó a la fama.
«Ingresé a la USC (University of South California) donde estudié periodismo. Paralelamente comencé a escribir artículos para la Editorial Atlántida de Buenos Aires, aunque mi primera nota para la revista El Gráfico la había hecho en 1980, en mi último año de secundaria. Fue sobre una prueba de neumáticos de Carlos Alberto Reutemann, el entonces corredor argentino de Fórmula Uno», comentó.
Pasaron algunos años hasta que en febrero de 1987 se le dio la gran oportunidad de ingresar en la cadena Univisión.
«Me llamó en ese entonces el director de Deportes Jorge Berri, quien me había pedido que llevara dos sacos, dos camisas y dos corbatas», relató.
La gran sorpresa llegó cuando el mismo Berri le comentó que debían grabar dos partidos para sacar al aire en los días siguientes.
«Casi me muero. La única vez que había estado en un estudio de televisión fue en un programa infantil en Buenos Aires», comentó entre sonrisas.
«Se estaba jugando un cuadrangular en Los Angeles y me tocó comentar América-Roma. Pero lo que querían era un relator y ahí mismo me pidieron que hiciera el segundo, que fue Rosario Central-Chivas. Ese fue el primer partido que relaté, el inicio de mi carrera», explicó.
Pasaron dos años hasta que se produjo el nacimiento de la dupla con Norberto Longo, otro gran periodista argentino fallecido en 2003. Fueron catorce años de un brillante y reconocido trabajo tanto en Univisión como en Telemundo, transformándose en un dúo «inseparable e inquebrantable».
«Comenzamos a trabajar juntos en 1989. Norberto vivía en Miami y yo seguía en Los Angeles. El no quería mudarse a California, pero como sabía que Univisión se trasladaría a Miami, aceptó viajar todos los fines de semana a comentar los partidos. Nuestra relación profesional arrancó con la Copa América de Brasil’89», explicó.
Ese fue el prólogo de una carrera que fue sumando éxitos a pasos agigantados, una dupla que iba acumulando reconocimientos y fama de manera simultánea. Hasta que llegó la revolución mayor en el Mundial USA ’94.
«Ese Mundial produjo una explosión mediática impensada. Ayudó mucho que se jugara acá. Fue impresionante», recordó, sin dejar de reconocer que la «emoción y las ganas que le ponía al relato fueron fundamentales».
Sus recuerdos son innumerables al lado de Longo. Momentos felices y otros no tanto. Anécdotas, historias de vida que ocuparían cientos de páginas. Pero lo más importante es el respeto que guarda a la memoria de su compañero y amigo, al que siempre tiene presente, al que jamás olvidará.
«Fueron tres Mundiales, tres Copas América, dos Copas de Europa, Eliminatorias, una cantidad innumerables de partidos de la liga mexicana, Titulares Deportivos, como se llamaba el programa en Univisión, junto también a Jessy Losada», rememora Cantor.
«Más allá de las discrepancias futbolísticas que teníamos y demostrábamos al aire, la química que teníamos era insuperable. No sé si por una cuestión de piel. El era una generación más grande que yo y sin embargo esa relación no creo que pueda volver a repetirse en otra pareja de periodistas deportivos», expresó con un dejo de tristeza mezclado con un reconocimiento explícito hacia su ex compañero.
Actualmente Andrés Cantor divide su trabajo entre la cadena Telemundo y su programa radial Fútbol de Primera, empresa que lleva adelante junto a su socio y amigo Alejandro Gutman y con la que tienen los derechos radiales del próximo Mundial de Alemania.
«Este será el segundo Mundial que haremos ya que también transmitimos en exclusiva el de Corea-Japón. Fue un enorme esfuerzo, un trabajo al que le pusimos mucho amor y por sobre todas las cosas profesionalismo y pasión. Esperamos repetirlo, y por supuesto mejorarlo, en Alemania», concluyó.