El fútbol no tiene paz en Irak para juegos

El fútbol no tiene paz en Irak para juegos

BAGDAD. (AFP) – El fútbol, deporte rey en Irak, no se salva de la ola de atentados que aterroriza al país, aunque el ministerio iraquí de Deportes presentó un plan destinado a aumentar la seguridad en los terrenos de juego en Bagdad y sus alrededores para que se pueda practicar el balompié en paz.

La construcción de unos 150 campos, protegidos, está prevista en la región de Bagdad, para responder a las demandas de los clubes locales, que ya no encuentran lugar seguro para entrenarse y disputar los partidos.

«Se trata de un esfuerzo destinado a garantizar la seguridad en los terrenos de fútbol», declaró el ministerio en un comunicado, luego de que un atentado suicida mató a diez policías y espectadores cerca de una cancha, en el norte del país.

En otro ataque la semana pasada, diez personas fallecieron y 15 resultaron heridas, en su mayoría adolescentes, cuando dos bombas caseras estallaron en las tribunas de un estadio, en medio de un partido que se disputaba en el barrio chiita de Amil, en Bagdad.

«El simple hecho de jugar un partido en un terreno público se volvió peligroso», explicó Saïd Majid Shamoun, que dirige el club de fútbol del barrio de Salhiya, en el centro de la capital.

«Hay que construir un cerco alrededor de los campos para proteger a los jugadores y hacer un esfuerzo para vigilar las rutas que conducen a los estadios», añadió.

Los futbolistas del Shamoun se entrenan en un terreno de tierra, cerca de la Zona verde ultraprotegida, próxima a la embajada de Irán.

En enero, un auto-bomba estalló cerca de esa embajada y muchos objetos de metal quedaron desparramados en el terreno del club.

Durante mucho tiempo, este deporte estaba al margen de la violencia que reina en el país desde la invasión estadounidense de marzo de 2003, pero los deportistas ahora ya son objetivo directo.

El 28 de julio, el técnico de la selección iraquí, Akram Ahmed Salman, renunció a su cargo tras recibir amenazas de muerte y abandonó Bagdad para instalarse en el Kurdistán autónomo, mucho más seguro.

«No me amenazaron por los resultados del equipo o por mi trabajo, sino por mi vínculo con la Federación. Pagué el precio de las rivalidades entre diferentes dirigentes deportivos», contó a la AFP.

«El equipo necesita un ambiente tranquilo para prepararse, lo que resulta imposible aquí, donde la violencia golpe en todo momento», confesó el técnico.

Dos semanas antes, la gran mayoría de los miembros del Comité Olímpico Iraquí, incluido su presidente, habían sido secuestrados en pleno día en la capital por hombres uniformados.

En mayo, el equipo nacional de taekwondo fue secuestrado en la provincia rebelde de al-Anbar y el entrenador del seleccionado de tenis y dos de sus jugadores fueron asesinados por usar pantalones cortos, en una zona controlada por milicias conservadoras.

Durante la dictadura de Saddam Hussein, los deportistas también estaban bajo constante presión, en particular de parte de Oudai, el hijo del ex dictador, quien manejaba el deporte nacional.

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