Con el título que encabeza nuestra entrega de hoy leímos hace algunos años un interesante trabajo en la revista venezolana Nueva Sociedad, que hacía referencia al predominio en Latinoamérica del fútbol y el béisbol como los deportes de las identidades. Reconocía, no obstante, que no siempre la mirada de las ciencias sociales dedicó la debida atención al deporte masivo de la región.
Entre los especialistas se reconoce que el sentido de la identidad nacional de cualquier deporte es cuestión de historia y tradición. Por ello no es casual que el fútbol y el béisbol se hayan mantenido como los deportes de mayor arraigo, enlazados con las emociones y el imaginario popular entre nuestros países.
Mientras el béisbol es predominante en El Caribe, el fútbol se impone en el resto de la región. Entre estos deportes que comparten fervorosos seguidores, también hay diferencias. Los analistas sostienen que en ambos casos el tiempo es radicalmente diferente. En el fútbol la pausa es lo ocasional; en el béisbol es la norma.
En el ámbito mundial el fútbol es el deporte que acapara las mayores simpatías, y a partir de su difusión por los medios de comunicación se ha convertido en el deporte universal por excelencia. El área de influencia del béisbol está restringido principalmente a Norteamérica, algunos países asiáticos y la cuenca del Caribe.
La aparición del fútbol en la región se inscribe en un proceso global de transformación ocurrido en las últimas décadas del siglo XIX, con mayor énfasis en Argentina, Uruguay, Brasil y Chile. El capital inglés jugó un papel determinante, tanto en lo social como en lo cultural.
Históricamente al primer bloque del fútbol americano en general pertenecen Brasil, Argentina y Uruguay, que suman varios títulos mundiales de la FIFA. Otros países con tradición en esa disciplina de nivel intermedio son Colombia, Perú, Ecuador, México, Costa Rica y Bolivia. Entre un concierto de figuras legendarias hay que mencionar a Pelé, Maradona, Garrincha y Lionel Messi.
En el Caribe el béisbol ha logrado mayor identidad en la República Dominicana, Cuba, Venezuela y Puerto Rico. En México hay un equilibrio entre ambos deportes.
Estos países poseen una gran tradición por influencia de los Estados Unidos, país donde se forjó ese popular deporte. Fue introducido en Cuba en el año 1864; sus torneos nacionales se caracterizan por elevado nivel de calidad. Entre sus grandes astros de todos los tiempos se recuerdan a Martín Dihigo, Adolfo Luque, Luis Tiant y Tony Oliva.
El primer partido celebrado en el país tuvo lugar en San Pedro de Macorís en el año 1886. Un hecho histórico fue la fundación del equipo Licey en el año 1907. Durante décadas los torneos locales se han convertido en una costumbre. Más de 600 jugadores criollos han llegado a las Mayores entre los miles que han pasado al profesionalismo. Entre las figuras legendarias sobresalen Juan Marichal, Felipe Rojas Alou, Pedro Martínez, Sammy Sosa, Rico Carty, Vladimir Guerrero, David Ortiz y Albert Pujols.
Una de las grandes hazañas de la pelota nuestra fue la conquista del Clásico Mundial de Béisbol de forma invicta en ocho partidos en el 2013.
Puerto Rico es uno de los países caribeños donde el béisbol es un deporte de gran popularidad. En 1987 se inició en la actividad; Entre sus figuras descollantes se puede nombrar a Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Roberto Alomar, Igor González, entre otros.
En Venezuela el béisbol tiene categoría de identidad. En 1895 se formó el primer club organizado del país. La producción de peloteros venezolanos para las grandes ligas se ha incrementado en las últimas décadas. La lista de sus renombradas figuras incluye a Luis Aparicio, Alfonso Carrasquel, David Concepción, Andrés Galarraga y Miguel Cabrera.
La marcha del fútbol y el béisbol como los principales deportes de las identidades de la región, prosigue un ritmo tan acelerado que su alcance parecería ilimitado.