REPORTAJES EFE En un pequeño laboratorio de la Universidad de  Antioquia, en la ciudad de Medellín, se desarrolla la tecnología que permitirá cultivar alimentos sin tierra ni abonos, y sin riesgo a perder la cosecha por los cambios climáticos. El proyecto, denominado «Bioagricultura Urbana», busca salvar a la humanidad de la escasez de alimentos generada por el calentamiento global.

En un pequeño laboratorio de la Universidad de Antioquia, en la ciudad colombiana de Medellín, se desarrolla la tecnología que permitirá cultivar alimentos sin tierra ni abonos, y sin riesgo a perder la cosecha por los cambios climáticos. El proyecto, denominado “Bioagricultura Urbana” y que desarrolla un grupo de científicos, busca salvar a la humanidad de la escasez de alimentos generada por el calentamiento global.

La desaparición de las frutas, hortaliza y verdura. La idea, que rompe con todos los paradigmas actuales en cuanto a cultivos agrícolas, consiste en tomar la célula del organismo vegetal y reproducirla hasta el infinito mediante un proceso de cultivo en un biorreactor del que ‘brota’ el alimento. Así, las frutas, hortalizas y verduras, como hoy las conocemos, desaparecerán, pero no sus propiedades alimenticias, vitaminas y nutrientes. Entre las pruebas realizadas por el Centro de Investigación e innovación de Excelencia en Biodiversidad y Biotecnología, Biointropic, está la reproducción de las vesículas de la naranja. En el experimento los científicos reprodujeron su carnosidad, que es la que contiene el jugo y los nutrientes de la fruta.

También han adelantado pruebas con el cacao, un procedimiento que ya patentaron en Estados Unidos y que cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura de Colombia y la

Fábrica Nacional de Chocolates.  Aunque su desarrollo parte del laboratorio, la doctora Lucía Atehortúa, directora científica del proyecto, aclaró a Efe-Reportajes que es un procedimiento natural: “Lo que hacemos es tomar el genoma completo del organismo, no lo modificamos genéticamente”.

Los científicos disponen el cultivo en un recipiente cilíndrico denominado biorreactor, y allí las células se reproducen naturalmente creando una biomasa, que es en lo que quedarán convertidas las frutas y verduras.

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Al borde de una crisis alimentaría

“En unos años los conflictos mundiales serán por el suministro de alimentos”, alertó Atheortúa, al insistir en que se acerca una crisis alimentaría de enormes proporciones.

Para los científicos de Biointropic, en el futuro las ciudades contarán con fábricas dotadas de enormes biorreactores que estarán los 365 días del año y las 24 horas del día, abasteciendo de alimentos a la población, pues con este sistema se puede “cultivar” desde arroz, trigo y maíz, hasta cualquier especie vegetal. Y aunque la biomasa que brota del recipiente no se parece en nada a los productos alimenticios que conocemos, ésta no sólo conserva todas sus propiedades nutricionales, sino que podría tener muchos elementos más que beneficien a la humanidad.

Las claves

1.  Célula vegetal

La idea, que rompe con todos los paradigmas actuales en cuanto a cultivos agrícolas, consiste en tomar la célula del organismo vegetal y reproducirla hasta el infinito mediante un proceso de cultivo en un biorreactor del que ‘brota’ el alimento.

2.  Cultivo tradicional

Los  cambios climáticos, el agotamiento de la tierra por el desbordado, crecimiento poblacional, hace que el sistema tradicional de cultivo se acerque al colapso.