El futuro de la humanidad y la inteligencia racional y espiritual

El futuro de la humanidad y la inteligencia racional y espiritual

Rafael Acevedo Pérez

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Jacques Maritain consideraba error intentar llegar a Dios mediante el desarrollo mental-intelectual. Religiones o disciplinas orientales proponen alcanzar el Nirvana mediante una vida de meditación en la que la mente humana alcanza una total sintonía con el “Ser Universal”.

La inteligencia racional, y su producto, el saber científico se manejan como cualquier arte, con modelos interpretativos y operativos, cuyas consecuencias para la humanidad a menudo son difíciles de controlar; en base a modelos que a menudo conducen a error cuando se asumen con vehemencia o se ligan al poder y a la mercadotecnia.

Las cosas del espíritu, la realidad espiritual, es infinitamente más compleja que toda la física quántica y sus derivaciones. Por lo cual, el pensamiento racional y las ciencias tienen grandes dificultades y limitaciones en cuanto a tratar los temas del espíritu; cuya inconmensurable complejidad hace inoperantes los esquemas y modelos (conceptos, indicadores) reductivos y simplificantes, usualmente atados a lo cultural; siendo las culturas, a su vez, modelos simplificados de pensamiento y de interpretación de la realidad, material o espiritual, y de cómo accionar respecto a estos, dentro de las limitaciones del aquí y el ahora de la realidad social.

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Las culturas y sus componentes son patrones o guías para todos los miembros de la sociedad que se trate, desde un sabio hasta un niño.

Probablemente la visión o modelo cristiano de la realidad material y espiritual sea el más coherente y consistente, y también el más económico y práctico, pues reduce el problema existencial al amor y la obediencia. E igualmente reduce la evolución del espíritu, o sea, la transmigración o evolución espiritual, a un simple y único salto dialéctico (de gusano a mariposa), la conversión o transformación espiritual mediante la aceptación voluntaria, mediante una afectividad pura e intensa, como la de los verdaderos amantes (según los poetas).

El cristiano opta por la naturaleza divina mediante el amor, mientras el budista evoluciona mediante la inteligencia. Cristo propone un salto dialéctico mediante el afecto, el poder de una voluntad liberada de ataduras materiales. Una voluntad dignificada y potencializada, la fuerza más poderosa del universo, que se hace una con Dios, cuya naturaleza y sustancia es amor.

El que quiera entender, entienda; puesto que de querer se trata, y la fuerza que mueve todo es la voluntad, no el raciocinio o inteligencia. La divinidad, el poder mayor de todos, es la combinación de inteligencia y voluntad.

O. S. Marden y otros que idealizaron solamente la voluntad, fracasaron. Faltó el amor.

La ciencia y la tecnología nada producen sin la voluntad. Sin el amor la humanidad se dirige a su auto destrucción; hacia la deshumanización y la robotización.

La Oferta Final de Yahvé es simple y sencilla: “One Direct Flight”. No hay que pasar por el destino ni por el Karma de la evolución o la metempsicosis. Un niño puede discernirlo. La propuesta de Cristo: la más hermosa y romántica de todas, la única que puede salvarnos del odio y el desastre.

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