El futuro de nuestras universidades

El futuro de nuestras universidades

Jesus de la Rosa.

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En los grandes países industrializados se ha venido centralizado el control estratégico que los Estados ejercen sobre las universidades, al tiempo en que han disminuido los aportes financieros de éstos para el sostenimiento de las instituciones de educación superior.

En las naciones más desarrolladas del planeta aún prevalece la idea de que el control de la calidad de las instituciones de educación superior debe de estar a cargo de agencias no gubernamentales.

La disminución de los aportes estatales destinados al financiamiento de las universidades en los países altamente desarrollados ha obligado a las instituciones de educación superior de esas naciones a aliarse con empresas privadas en proyecto de investigación y de desarrollo.

En 1999, las empresas canadienses aportaban un 4.9% de los gastos de investigación en que incurrían las universidades de ese país; Italia un 2.5%; Alemania un 2.4%; y los Estados Unidos un 1.2%. La obtención de fondos vía publicidad comercial ha estado a la orden del día en las universidades de los Estados Unidos y de otros países desarrollados.

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Los contratos de exclusividad de las universidades con empresas multinacionales para la distribución de los productos de estas en los campus ocurren muy a menudo, a pesar de las situaciones de cuestionamiento que provocan en los estudiantes; situaciones éstas que han llevado a serios enfrentamientos entre estudiantes y autoridades universitarias.

Los catedráticos y los científicos de las universidades de esos países se muestran menos reticentes que los estudiantes a concluir acuerdos de financiamiento de sus actividades con el sector privado. Es que en el colectivo de docentes prevalece la actitud de resignación; la de no dejar escapar la oportunidad de obtener por cualquier vía los recursos económicos que los Estados ya no están en disposición de aportarles a las instituciones de educación superior.

Los gobiernos de las naciones desarrolladas han comenzado a exigir que las universidades y demás instituciones de educación superior sean evaluadas. Incluso, desean hacer depender de los resultados de esas indagatorias la totalidad o una gran parte del financiamiento que los Estados les otorgan.

¿Cuáles son los indicadores de rendimiento más comúnmente utilizados para evaluar la calidad de las instituciones de educación superior con fines de otorgarles financiamientos? Entre otros, el número de estudiantes matriculados, las tasas de retención y de obtención de títulos; el total de créditos cursados por semestre; el total de grados conferidos y el tiempo medio de obtención de los mismos, y los fondos externos obtenidos para la investigación y para otras actividades.