El G8 busca una cooperación a largo plazo con países de la «primavera árabe»

El G8 busca una cooperación a largo plazo con países de la «primavera árabe»

París, (EFE).- Las revueltas vividas en los países árabes, en particular en Túnez y en Egipto, y la esperanza de cambio nacida en ellos, se alzan como uno de los temas centrales de la cumbre del G8 en Deauville, que los próximos jueves y viernes espera forjar un acuerdo de cooperación a largo plazo con esas naciones.

El Elíseo señala que el objetivo es ayudarlas a consolidar la transición democrática emprendida, sea a nivel institucional o económico, a través de instrumentos que podrían serles de utilidad, como el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD).

rancia cree que la experiencia de ese organismo puede servir para orientar a los países de la ribera sur del Mediterráneo en el desarrollo de una economía floreciente de mercado, por lo que propone su colaboración en el proyecto de cooperación que espera que se apruebe.

 El BERD ya se adelantó a esta propuesta en una reunión mantenida este fin de semana en Astana, en la que su junta de gobernadores pidió a los directores del organismo que para el 31 de julio hagan llegar sus ideas y recomendaciones de cara a la ampliación de préstamos a Oriente Medio y el norte de África.

El banco analizará cómo dirigir fondos a Egipto, Marruecos y otros estados, de la misma manera en que ayudó a países del antiguo bloque soviético en su transición hacia economías de mercado, y para ello su presidente, Thomas Mirow, ha apuntado que se podrían llegar a invertir hasta 2.500 millones de dólares anuales en la región.

Otros de los socios previstos en esa colaboración son el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), que estarán representados respectivamente por Bob Zoellick, John Lipsky y Ban Ki-Moon.

Esos tres directivos, junto con los jefes de Estado o de Gobierno del G8, los primeros ministros de Túnez y de Egipto, así como el secretario general saliente de la Liga Árabe, Amr Musa, en representación del conjunto de países de esa entidad, mantendrán una reunión el viernes dirigida a sellar los términos de ese acuerdo.

Y en línea con cumbres previas, se recibirá a los socios de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD), pero a diferencia de años anteriores, la declaración que se firme sobre la cooperación establecida con ellos será conjunta, y no negociada por el G8 por separado.

Estarán presentes los jefes de Estado de Argelia, Egipto, Etiopía, Nigeria, Senegal y África del Sur, y, por propuesta francesa, los de Guinea Conakry, Níger y Costa de Marfil, con los que el G8, según el Elíseo, quiere rendir homenaje a las democracias emergentes y a los países que avanzan en busca de mayores libertades.

En esa sesión de trabajo y en la comida de clausura se tratarán también las crisis de países como Sudán, Somalia y Zimbabwe, y cómo más allá de la ayuda pública, considerada indispensable, en esos países se requieren inversiones en formación y en creación de empresas.

Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia habrán aprovechado también el encuentro para analizar la situación en Libia, Siria y Yemen, para hablar del proceso de paz en Oriente Medio y de otros asuntos vinculados con esa zona, como las consecuencias de la muerte del terrorista Osama bin Laden.

 Será el momento también de ver el impacto desencadenado por las revueltas árabes en la economía mundial, y de renovar los esfuerzos de cara a la reactivación de la Unión por el Mediterráneo (UPM), considerada por la presidencia francesa del G8 como más necesaria que nunca.

La democracia y libertades en los países árabes, y el proyecto de cooperación que nacerá de esta cumbre con los que han vivido la llamada primavera árabe, serán por tanto los ejes centrales de la cumbre, cuyos miembros seguirán trabajando en los próximos meses para responder a las peticiones de esas naciones. EFE

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