Deauville (Francia), (EFE).- Los dirigentes de los ocho países más ricos del mundo (G8) comienzan este jueves una cumbre de dos días en Deauville (Francia) centrada en ayudar a consolidar los movimientos democráticos en la llamada «primavera árabe». Los dirigentes mundiales dedicarán la cena del primer día y gran parte de su segunda jornada a abordar las demandas de cambios políticos en el norte de África y Oriente Medio.
La seguridad nuclear tras el accidente en la central japonesa de Fukushima y sus consecuencias para la política energética, el cambio climático, el fomento y la regulación de Internet son otros temas principales de la agenda organizada por el presidente francés y anfitrión, Nicolás Sarkozy. La fragilidad de la recuperación económica, y la crisis de la deuda de la eurozona centrarán el almuerzo con el que empezará, a las 10.45 GMT, esta cumbre que reúne a Sarkozy, el presidente de EEUU, Barak Obama, el ruso Dmitri Medvedev, y los primeros ministros de Japón, Reino Unido, Italia, y Canadá, junto con la canciller alemana, Angela Merkel. Los ocho dirigen países cuyo Producto Interior Bruto equivale a unos dos tercios del PIB mundial y llevan a cabo el 50 por ciento del comercio mundial.
El primer almuerzo de trabajo incluye también la intervención del primer ministro japonés, Naoto Kan, quien informará de la situación en su país tras el seísmo de marzo y la consecuente catástrofe en la central nuclear de Fukushima. La primera sesión de trabajo versará sobre la seguridad nuclear y la necesidad de dar respuestas a la preocupación en la opinión pública tras el accidente de Fukushima. La presidencia francesa del G-8 ha encadenado la sesión sobre política nuclear con otra sobre el cambio climático, ya que argumenta que la energía atómica es clave para limitar las emisiones causantes del calentamiento global. Así, se pretende que los países que han anunciado que van a cerrar sus centrales nucleares -en alusión a Alemania- expliquen cómo pretenden respetar sin ellas los compromisos para reducir emisiones de dióxido de carbono en las próximas décadas. Los dirigentes del G8 dedicarán por primera vez una sesión de trabajo a internet, en la búsqueda de un equilibrio entre la libertad en la Red y un control de los Estados para la protección de la infancia, la lucha contra el terrorismo y la salvaguarda de la propiedad intelectual.
En un foro sobre internet celebrado el miércoles en París se puso de relieve influjo de las nuevas tecnologías como medio de desarrollo económico y motor de movimientos ciudadanos como los del norte de África o el que se vive estos días en España. La cena de esta primera jornada se dedicará a las revoluciones árabes, con un recorrido por situaciones muy diferentes, en particular Túnez, Egipto, Libia, Siria y Yemen. Tratarán otros asuntos vinculados a esa parte del mundo, como los desafíos que plantea el régimen iraní, las consecuencias de la muerte del jefe de Al Qaeda Osama bin Laden, sobre todo para Afganistán y Pakistán.
La reunión de Deauville se celebra apenas una semana después del discurso de Obama sobre Oriente Medio, en el que el presidente estadounidense declaró su apoyo a las exigencias democráticas en la región como una prioridad de la política exterior de su gobierno. Entre otras cosas propuso un plan de ayuda económica a los países que aborden procesos de transición, con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial.
Sarkozy declaró el pasado febrero que Occidente debe ayudar a los movimientos de protesta árabes porque «son nuestros valores los que esos pueblos reclaman». El viernes, los jefes de Estado y de Gobierno del G8, junto a los responsables de la ONU y de los organismos financieros internacionales, recibirán a los primeros ministros de Egipto y Túnez, y juntos tienen previsto emitir una declaración para sellar su compromiso.
Por último, se celebrará el habitual encuentro en las cumbres del G8 con los jefes de Estado de la Nueva Alianza para el desarrollo de África (NEPAD, Argelia, Egipto, Etiopía, Nigeria, Senegal y Sudáfrica) a los que Francia ha querido que se sumen los de tres «democracias ejemplares» del continente africano- Guinea Conakry, Níger y Costa de Marfil. EFE