El gerundio según la Nueva gramática

El gerundio según la Nueva gramática

Ampliamente explicado  en la Nueva gramática de la lengua española publicada en 2009 por la Real Academia Española (del punto 27.1 al 27.11  (p. 2037 a la 2104), el gerundio está definido como una forma no personal del verbo.

Así lo vimos definido por Juan Luis Onieva Morales en las citas que de su libro hicimos en la entrega anterior. Los redactores de la nueva gramática prefirieron definir la terminación del gerundio a partir de la desinencia de los verbos de primera, segunda y tercera conjugación (de cantar, cantando; de comer, comiendo; de vivir, viviendo. Parece que le interesaba mostrar cómo los verbos de la segunda y tercera conjugación adoptan un diptongo gráfico, que no fonético, en comiendo y viviendo.

El párrafo 27.1c introduce una modalidad arcaica: “Las oraciones de gerundio no aparecen introducidas por preposiciones, con la excepción de “en”,  ‘en llegando’, construcción en desuso en la lengua actual que se analizará en el párrafo 24.4j-l. Tampoco aparecen introducidas por conjunciones subordinantes, con la excepción de ‘aunque’ y ‘conque’. Aun así, esta última restringida a ciertos usos del gerundio independiente.”

Este acápite merece un comentario: Si usted desea ser un utilizador impecable del gerundio, colóquelo siempre delante o detrás del verbo al cual califica. Y si usted no es escritor, sino un usuario que desea escribir bien, déjele los usos complicados a los escritores. Como al que echan manos Isabel Allende y José Luis Sampedro, en los ejemplos que aporta la NGE en p. 2038  al utilizar el gerundio con ‘aunque’.

Pero esas formas complicadas están llamadas a desaparecer porque no califican verbos, sino conjunciones, como en los casos que aporta la NGE (sigla por Nueva Gramática Española, de ahora en adelante) en ¿’Conque bebiendo, eh?, donde está tácito la flexión ‘estás’, como si preguntáramos ¿’Conque estás bebiendo, eh?’ Un anafórico. Y la NGE autoriza el gerundio precedido de aunque, pero no con porque o si: “Aunque siendo muy consciente de ello.” A tolerancia está obligada la NGE, porque en este caso ‘siendo’ no califica a ‘aunque’, sino a ‘muy’, que es adverbio, y un gerundio, dado que funciona como un adverbio, sí puede calificar a otro adverbio, aparte, por supuesto, del verbo, pero jamás a otra categoría gramatical.

Otra observación. No solo es arcaico el uso de la preposición ‘en’ + gerundio, sino que semejante construcción constituye una galicismo (vaciado crudamente del francés ‘en arrivant’) y los calcos de un idioma a otro hay que evitarlos, por el principio de que cada lengua analiza la experiencia humana de modo distinto; y, segundo, calco aparte, tal uso indica falta de creatividad y por último vulgarismo.

Viene a resultar como el gerundio inglés (‘present tense’), usado masivamente por el gremio de los que hablan en radio y televisión, y de ahí, transferido a la población escasa de educación que lo repite por imitación o al creerlo cultismo: “Estamos hablando de”, es el mayor orgullo de los programeros, entrevistadores y entrevistados en los medios. Símil inglés de (‘We are talking about’). ¿No bastaría por todos los diablos, ley del menor esfuerzo incluida, con decir: “Hablamos de un déficit fiscal de más de 13 mil millones de dólares” en vez de “Estamos hablando de…?”

En el acápite 27.1e, la regla buena es que “al igual que el infinitivo, el gerundio admite pronombres enclíticos (‘mirándola’) y rechaza los proclíticos (*‘la mirando’), que eran normales, sin embargo, en la lengua medieval.” (p. 2039). Pero ya no lo son, ¡qué lástima!, dirán los arcaizantes. Pero si quieren encontrar estos enclíticos con gerundio, solo tienen que aprender portugués, donde los encontrarán a borbotones. La razón es, según Saussure, que el portugués se quedó, con respecto a la evolución histórica del español, en un estadio medieval. Disfruten de los ejemplos medievales que aporta la NGE.

Igual observación sobre la pérdida “de la mayor parte de los gerundios con pronombres proclíticos” durante el período clásico. Lo afirma la NGE y ofrece un ejemplo de uso actual en las oraciones negativas donde tales pronombres “se siguieron utilizando, sobre todo con verbos de estado. Así, Cervantes usa gerundios con enclíticos en su prosa (‘acompañándola, asiéndola, hallándola’), pero alterna ‘no lo siendo’ y ‘no siéndolo’.

Prueba este ‘no siéndolo’ el carácter evolutivo de las lenguas. Un cambio no sale ni entra de golpe y porrazo, sino que para que ‘no siéndolo’ perviva hasta hoy, habiendo enterrado la forma anterior, ‘no lo siendo’ o ‘no lo estando’, se necesita a veces un siglo, sino dos, pues es en el XIX cuando la última forma terminará por imponerse cabalmente.

En el acápite 27.1g (NGE, 2039) nos remontamos a la lingüística histórica (diacronía del español): “Los gerundios con proclíticos precedidos del adverbio ‘no’ se documentan en otros textos  del Siglo de Oro. Se registran, aunque solo esporádicamente, en los siglos posteriores”. Mueven a hilaridad, como moverá a lo mismo dentro de un siglo o dos el español que hablamos en 2010: “Sólo os advierto que, ‘no lo habiendo’ de por medio, no fuera destinada vuestra voluntad” (Castillo Solórzano, Trapaza).

Hasta la próxima, con nuevos casos de usos y desusos del gerundio en la NGE.

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