En el exterior el Gobierno dice que debe cambiar su modelo de crecimiento y tiene razón. El PLD tiene acumulado un déficit comercial de US$38,074millones, anualmente un promedio de US$6,346 millones, en el presupuesto de RD$180,000 millones, en los años 2005-2010, pruebas contundentes del fracaso de la gestión pública y de que el crecimiento se apoya en tierra movediza. No se conocen políticas dirigidas a reducir la fuga de divisas que motiva el déficit comercial,  tampoco con seriedad el Gobierno se ha preocupado por los déficits y sus costos sociales que han sido muy altos, expresados en endeudamientos adicionales por US$12,500 millones y pérdidas de empleos productivos permanentes, porque ha permitido que las importaciones crecieran más que las exportaciones de bienes.

No se necesitan diagnósticos sofisticados para saber que el modelo colapsó hace tiempo, bastaría preguntarse la razón por la que cualquier funcionario medio del Palacio Nacional se traslada a su oficina en una jeepeta importada, usa una computadora importada, camisa, pantalón, zapato y traje importados, porqué  desayuna, almuerza y cena con productos importados en su mayor parte.

Las respuestas no dejan lugar a duda, tenemos un Gobierno de discursos bonitos, pero que carece de iniciativas para suplantar un modelo agotado, solo espera por el FMI, Banco Mundial o el BID, para que le diga qué hacer y cuándo, para copiar reformas implementadas en otros sitios. Nunca ha entendido que si bien las compras internacionales crean puestos de trabajo temporales, la cantidad y calidad de los mismos nunca es comparable con los que se perdieron por no producir los bienes localmente.

El fracasado modelo del PLD no solo ha deteriorado la economía de empresas y familias, sino que el déficit comercial acumulado ha hipotecado una buena parte del ingreso nacional, por lo que la soberanía económica del país se encuentra en manos de extranjeros. Ha sido con deudas públicas como los gobiernos del PLD han financiado los déficits. Lo demuestra el sorprendente incremento de la deuda neta en los últimos cinco años, pagándose a acreedores altos intereses, carga muy pesada para un país pequeño.

Los precios de los productos de la canasta familiar aumentan, los consumidores protestan y el Gobierno solo dice que su modelo ha fracasado. Como carece de ideas, no entiende que los aumentos de precios se deben al déficit comercial acumulado, porque no producimos nada de importancia, importamos todo lo que consumimos, por lo que en el precio los consumidores pagan una prima que es el costo del fracaso de la gestión, experiencia, que sin embargo, no ha importado, porque aun así se ejecuta un presupuesto desbalanceado generando más déficit comercial.

La inflación desalienta la inversión y eleva los intereses, por lo que para la credibilidad de la política pública los aumentos de precios deben frenarse. Sortear la situación tiene su costo, reduce la expectativa de crecimiento, el Gobierno tendría que eliminar gastos superfluos y mejorar la calidad de las inversiones públicas, para apoyar iniciativas privadas que aumenten la capacidad potencial de producción de la economía. Es el reto que tiene el Gobierno.