El gobierno aspira dejar su huella en el turismo

El gobierno aspira dejar su huella en el turismo

POR FAUSTO ADAMES
Tanto el sector privado como el Estado dominicano están decididos a echar el pleito para seguir fortaleciendo uno de los sectores más pujantes de la economía, como es el caso del turismo, el cual se ha convertido en una de las actividades económicas más importantes de la República Dominicana en los últimos 20 años.

Para tal fin, se ha iniciado la construcción del Bulevar de Punta Cana- Ubero alto, inversión que se estima alcanzará los US$40 millones, mientras se diseña el proyecto de Marina en el Puerto de Santo Domingo, cuya inversión inicial todavía no se ha dado a conocer, como también se planea la inversión del Centro de Eventos y Convenciones en la ciudad, con un monto cercano a los US$20 millones.

Y mientras todos estos proyectos van adquiriendo carácter de realidad, el Estado ha incrementado los recursos que actualmente destina a la promoción del país como destino turístico, el cual, de acuerdo a los funcionarios gubernamentales, podría llegar a los US$50 millones este año.

Por el momento, la obra más importante es la carretera de Punta Cana, la cual estará concluida en dos años y tendrá 38 kilómetros de longitud, cuatro carriles y una isleta iluminada en el centro.

Una primera etapa deberá concluir en la temporada alta que se inicia en el mes de noviembre de este año y tendrá 17 kilómetros.

La construcción de esta carretera forma parte de un acuerdo para mejorar la infraestructura de la provincia La Altagracia y su zona turística, mediante el cual el gobierno se ocupará de la construcción del Bulevar Punta Cana-Ubero Alto y el sector hotelero del acueducto regional y el sistema de aguas residuales de la zona turística.

El Bulevar está a cargo de la Secretaría de Obras Públicas y será ejecutado por la empresa Perco S.A., mientras que la supervisión la hará la empresa Epsa Labco.

Mientras por el otro lado, la inversión privada en la construcción de hoteles en esta región supera los US$1,500 millones, lo que convierte la zona en la más importante receptora de inversión extranjera, puesto que de las 53,000 habitaciones disponibles que hay en el país, el polo turístico de Punta Cana-Bávaro posee más de 24,000, es decir un 48% de las disponibilidades de alojamiento para los turistas y tiene en proceso construir otras 3,000, además de que cuenta con cinco campos de golf operando y otros cuatro en construcción.

POSICIÓN DE ASONAHORES

Sin embargo, el mayor problema que confronta el sector en estos momentos es el hecho de la desproporción que hay en la estructura de precios que maneja el turismo en la República Dominicana, en relación con el nivel actual de la tasa de cambio, de acuerdo con las informaciones ofrecidas por Enrique de Marchena Kaluche, presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores).

Según De Marchena Kaluche, esto significa que los hoteleros están entregando dólares a RD$28.00 por US1.00 y se encuentran pagando sus costos locales a RD$40.00 por US$1.00, por la realidad de la estructura de precios del mercado que no ha reflejado los niveles actuales de la tasa de cambio.

También, el presidente de Asonahores se quejó del incremento que ha registrado el Impuesto Sobre la Renta, el cual, por la manera en que ha sido estructurado, no solamente resulta lesivo para la industria hotelera en particular, sino que además por ser este tan elevado en el país, en comparación con los niveles de las demás naciones de América Latina y el Caribe, pone a los hoteleros nacionales a competir en desventaja con los otros destinos, en un negocio que se vuelve cada día más competitivo.

Pero salvo estos dos problemas, para De Marchena Kaluche, el turismo marcha muy bien y, por tanto, se espera que para este año arriben al país 3.5 millones de visitantes extranjeros y que los ingresos del sector asciendan una vez más a los US$3,200 millones.

EL SECTOR OFICIAL

Mientras Félix Jiménez, secretario de Turismo, por su lado, destaca que el presente gobierno aspira a dejar una huella indeleble en el sector turístico. «Acompañamos al presidente Fernández en los inicios de la construcción de la carretera de Punta Cana y el mandatario nos ha manifestado su deseo de realizar grandes obras que contribuyan con el desarrollo de este sector».

Según Jiménez, las grandes obras que realizaría este gobierno serían la construcción de la Marina y la reconversión del Mulle de Santo Domingo para que este sea un puerto de cruceros, «como también, el presidente Fernández quiere que Santo Domingo sea el principal destino de convenciones de toda la región».

Pero, en lo inmediato, Jiménez destaca que la construcción que está más próxima a realizarse es precisamente el Centro de Eventos y Convenciones, cuya inversión se ha estimado en unos US$20 millones, como también se invierten unos US$25 millones para incentivar los tours operadores y que a su vez estos promuevan a la República Dominicana como su principal destino.

«No obstante, hay que destacar que los tours operadores que promuevan a la ciudad de Santo Domingo como destino recibirán una contribución mayor, es decir, un 25% de incremento para estos tours operadores, por lo que el programa de promoción turística cuenta con recursos hasta los US$50 millones».

OBRAS PARA LA CIUDAD

En síntesis, Jiménez explica que el gobierno quiere dejar obras importantes en cada polo turístico del país, reactivando los proyectos de desarrollo que están pendientes de ejecución.

En este sentido, hay tres inversiones básicas que se planean realizar en la ciudad de Santo Domingo. El rescate y promoción de los monumentos históricos y las primicias y reliquias de la Ciudad Colonial, lugar que hasta hace muy poco carecía de un programa de animación.

«Por esto hemos iniciado el Programa Santo Domingo de Fiesta, para el disfrute de los turistas nacionales y extranjeros todos los fines de semana», añadió.

MICROEMPRESAS

En ese sentido, las microempresas permiten una democratización de las divisas directas que entran al país a través del gasto del turista y, a la vez, sirven de soporte como oferta complementaria al turismo.

Este tipo de empresas ha proliferado alrededor de los polos turísticos, ya sea para cubrir las necesidades de los turistas o para satisfacer los requerimientos de los empleados de las grandes instalaciones hoteleras.

Entonces, precisamente conocer las características de las empresas de menor tamaño, ubicadas en el entorno de áreas eminentemente turísticas, ha sido la principal motivación del Fondo para el Financiamiento de las Microempresas (FondoMicro) para realizar el estudio de Ortiz, con el objetivo de determinar los encadenamientos o clusters existentes entre éstas empresas y los establecimientos de mayor tamaño que alojan y ofrecen servicios a los turistas.

LOS INICIOS

En los últimos años, el turismo ha constituido una de las actividades de mayor auge económico en la República Dominicana. La transición de una economía basada en la sustitución de importaciones a una economía sustentada en los servicios, ha tenido al turismo, junto con las zonas francas, como su principal soporte, siendo la década de los ochenta el período en que se registra un crecimiento considerable del turismo como actividad económica importante dentro del Producto Interno Bruto (PIB).

Los inicios de la industria sin chimeneas se remontan a más de seis décadas atrás, pues ya desde los años cuarenta, durante el período del dictador Rafael Leónidas Trujillo, se cimentaron las bases para una infraestructura turística, y la construcción por parte del Estado de los que para entonces eran hoteles modernos, en los municipios cabeceras de provincias, que creó disponibilidad de habitaciones para visitantes y viajeros.

En los años 70, la promulgación de la ley No.153 de incentivo al turismo, así como la creación de órganos de financiamiento estatal para el desarrollo turístico, como lo fueron INFRATUR y Fondo FIDE, contribuyeron de manera significativa al desarrollo de la actividad turística.

Luego, en la década de los ochenta, República Dominicana se convierte en un destino turístico de importancia, al incrementarse el número de visitantes extranjeros que arriban al país.

Este incremento mantenía un ritmo de crecimiento sostenido hasta el año 2001, cuando hubo una crisis mundial de transporte de pasajeros por vía aérea, como consecuencia de la tragedia del 11 de septiembre en los Estados Unidos. Esto produjo una fuerte caída del flujo de turistas en los últimos meses del 2001 y durante el primer semestre del 2002.

TURISMO Y MICROEMPRESA

En otro orden, se hace fundamentalmente necesario para todos los agentes productivos del país, el estudio de las conexiones existentes entre las microemepresas y uno de los sectores que más dinamiza la economía nacional, como es el turismo.

De hecho, con una oferta de casi 60,000 habitaciones disponibles, el turismo no sólo se ha convertido en el principal generador de divisas de la economía dominicana, con US$3,163 millones para el año pasado, sino también en la actividad de exportación de servicios más integrada al resto de la economía, generando un consumo de bienes y servicios producidos y ofrecidos internamente que superan los RD$4,000 millones. Y como si esto fuera poco, es responsable de la creación de unos 175,000 empleos directos e indirectos.

De tal forma que el turismo ha pasado a ser el sector de la economía nacional con mayor auge, exhibiendo una tasa de crecimiento de casi el 30% en el año 2003, lo que representó un 8% del Producto Interno Bruto (PIB) del país durante ese período.

Aunque para el año pasado, debido a los efectos de las tormentas que afectaron los principales polos turísticos dominicanos durante la temporada ciclónica, su crecimiento se redujo a 4.6% del PIB.

No obstante, superó los ingresos por divisas del 2003 que ascendieron a los US$3,110 millones, de acuerdo con los datos expuestos en el libro Microempresas y Turismo, de la investigadora Marta Ortiz.

Es preciso resaltar que en los últimos cinco años, la oferta hotelera ha crecido en más de un 50%, alcanzando para el año 2004, las 60,000 habitaciones y la mayor parte de estas se encuentran concentradas en las zonas costeras, incluyendo a Santo Domingo, dado que en su mayoría. el turismo que visita al país es de sol y playas.

También, en el país convergen dos modalidades diferentes de turismo, el de paquete o «todo incluido», que ofrece todo lo que el visitante necesita dentro del complejo turístico donde se aloja y que tiene muy pocas conexiones directas con las comunidades circundantes, y el turismo que no lo incluye todo y que por tanto, genera un cúmulo de actividades empresariales para la oferta complementaria, pues lleva al turista a relacionarse con las comunidades cercanas para satisfacer sus necesidades de alimentación y entretenimiento.

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