El gobierno condenó ayer los actos de violencia ocurridos el fin de semana en el sector Buenos Aires, de Herrera, donde un dominicano y un haitiano resultaron decapitados y afirmó que no constituyen una política de Estado dirigida a perseguir a ningún ciudadano nacional o extranjero.
A través de una nota remitida a la embajada de Haití, la secretaría de Relaciones Exteriores calificó las muertes como un acto deleznable, pero aclaró que fue un hecho ocurrido entre particulares.
Sostuvo que las autoridades actuarán con la responsabilidad y la celeridad necesarias para perseguir a los responsables y someterlos a la justicia.
El gobierno dominicano condena estos hechos y cualquier otro que pueda ocurrir, no sólo contra un dominicano, sino contra cualquier ser humano.