Los objetivos del milenio para la República Dominicana no podrán cumplirse a cabalidad según las declaraciones que ofreció el Presidente Leonel Fernández ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el pasado 21 de septiembre.

Las justificaciones planteadas para su incumplimiento se basan únicamente en la falta de recursos suficientes para invertir en la erradicación de la pobreza, salud, seguridad alimentaria, educación, entre otros.

La ausencia de recursos el Presidente la localiza en factores externos a su gestión como son: crisis financiera del 2003, crisis financiera global que afectó a los Estados Unidos (en 2008 él minusvaloró su repercusión planteando que nuestra economía estaba blindada) y la situación geográfica del país en ruta de huracanes y tormentas que se agudizan con el calentamiento global.

Ante estas justificaciones ofrecidas por el Presidente Fernández, en la que su gestión se desvincula del incumplimiento de los objetivos del milenio, nos hacemos las siguientes preguntas:

¿Cómo es que el gobierno del Presidente Fernández no se había dado cuenta de que estábamos en la ruta de los huracanes y ciclones, que nos han afectado desde la formación de la isla?

¿Por qué el gobierno del Presidente Fernández tomó la decisión de invertir miles de millones de dólares en dos líneas del Metro y no lo invirtió en educación, salud, empleo y agropecuaria para garantizar la disminución de la pobreza y la seguridad alimentaria?

¿Se le olvida al Presidente Fernández el derroche de recursos del Estado para la campaña por su reelección en 2008 y en las elecciones congresionales-municipales del 2010? ¿Por qué no se ahorró ese dinero para invertirlo en los objetivos del milenio?

¿Por qué el Presidente Fernández no ha controlado la corrupción administrativa y el aumento de la nómina del Estado que ha generado un aumento del gasto corriente y con ello una disminución de los recursos disponibles para políticas sociales efectivas?

Definitivamente las causas de que no se haya logrado una disminución de la pobreza y una mejora en las condiciones de vida de la gente  no están vinculadas a factores económicos externos, sino a una mala gestión administrativa permeada por corrupción, clientelismo, y un afán de lucro de un gobierno que tiene ya 10 años en la gestión.

Hay que agregar la aprobación de una nueva Constitución con artículos que promueven el aumento de riesgo de mortalidad materna y con ello el incumplimiento de una de las metas del milenio.

Si el Presidente Fernández priorizara el desarrollo humano y no su mantenimiento en el poder, probablemente el país estaría igual que otros países de América Latina que sí han logrado avances significativos en los objetivos del milenio.