El FMI programó un déficit de RD$20,000 millones para los primeros diez meses del año, terminó en RD$34,500 millones y estimamos que cerrará en más de RD$55 mil millones. Es casi imposible que logre desembolsar los RD$97,259 millones presupuestados en el 2011, siendo la razón de la venta apresurada de los US$250 millones en bonos soberanos, que están en el Presupuesto del 2012. Los recursos, completados con financiamientos del Banco de Reservas, financiarán gastos públicos de noviembre y diciembre, incluyendo el salario 13 de regalía pascual. Es que el gobierno tiene un faltante de caja de RD$20,878 millones, el tamaño de la improvisación, el derroche de recursos, incumplimientos, mentiras y falta de transparencia en el uso de los recursos públicos.

En la última carta de intención, el gobierno se comprometió a subir la electricidad en 18%. Su interés era echar mano a los US$348 millones del FMI y a otras facilidades. Pero olvidó los dos objetivos fiscales del programa que había firmado en noviembre de 2009: reducir el déficit de 3.5% del PIB en el 2009 a 2.5% en el 2010 y 1.6% en el 2011. Condicionado a su desmonte en el 2010 y 2011, el organismo internacional había apoyado el exceso de gastos y deudas en 2008 y 2009, música para los oídos peledeístas. Pero en los últimos dos años el gobierno gastó en exceso, suministrando al FMI números contradictorios sobre el déficit fiscal, Hacienda lo minimiza y el Banco Central aporta datos cercanos a la realidad.

Acostumbrado a las dispensas, pensó que la séptima y octava revisiones no podían ser diferentes, pero los cálculos salieron mal, el FMI se niega a regresar al país, mientras el gobierno no esté dispuesto a dar pasos concretos respecto al sector eléctrico y al presupuesto del 2012. Como el 14 de diciembre próximo es la fecha límite para que el caso dominicano pueda ser conocido en el Directorio, parece que la sexta revisión fue la última del programa, porque termina en febrero del 2012.

Puntuales son las quejas del FMI. Además de la inflación, que supera el objetivo del programa y de la meta seguida por el Banco Central, se incumplió con el déficit fiscal y corriente del sector eléctrico, no se promulgó la ley que aumenta la electricidad en 18%, se violó el acuerdo cuando se aprobó el presupuesto del 2012 sobre-estimando el crecimiento y los ingresos fiscales. Como lo denunció Hipólito Mejía, el gobierno estaría dispuesto a hacer el aumento de la electricidad después de las elecciones, mientras el FMI aceptaría un prorrateo, 9% ahora y completar el próximo año, exige además que se reduzca el presupuesto del 2012, porque son inaceptables las premisas que lo sustentan. Por razones políticas-electorales al gobierno no le interesa seguir con el programa, lo dejará caer, el problema es la tasa de cambio, el Banco Central pierde reservas que no tiene por las expectativas de los agentes.