Con la suspensión definitiva del programa del desayuno escolar el gobierno comete una violación a la Ley General de Educación 66’97, que establece su creación en el artículo 178, consideraron ayer expertos consultados.

“Se crea el desayuno escolar como institución que asegura el suministro regular, eficiente y gratuito del desayuno escolar a todos los niños y niñas del sistema educativo que así lo necesiten”, dice textualmente la ley.

Al hablar acerca de los motivos para suspender el programa, el ministro de Educación, Melanio Paredes, explicó ayer que tomó la decisión debido a la falta de garantías que existe para preservar el bienestar y las vidas de los estudiantes.

La medida, aseguró, responde a una recomendación que hizo el presidente Leonel Fernández, quien señaló que si no hay manera de garantizar el programa, es mejor que  se suspenda.

De esta manera el gobierno viola por segunda vez la ley 66´97, ya que tampoco invirtió el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) o el 16% del presupuesto del 2011 en el Ministerio de Educación, tal como está contemplado.

Para disminuir la deserción

Este programa, que se suspendió definitivamente el día de ayer a causa de cinco nuevos casos de intoxicación –esta vez en dos escuelas de Haina-, fue instituido con la intención de disminuir los niveles de deserción escolar.

El desayuno escolar había sido suspendido en octubre del año pasado, después de que se registran catorce casos de intoxicaciones por el desayuno escolar. Las escuelas que se vieron afectadas están en Monción, Río San Juan, Las Terrenas, San José de las Matas, El Cercado, Tamayo, Nagua, Fantino, Azua, San Cristóbal, San Pedro de Macorís, Santo Domingo Este, Los Alcarrizos y Cotuí.

El reinicio del desayuno fue anunciado con bombos y platillos el lunes pasado, tras cuatro meses en los que se adoptaron nuevas medidas de vigilancia. El ministro de Educación había dicho, incluso, que no iba a reiniciar el programa hasta que pudiera garantizar su  nivel de calidad.

Sin embargo, los controles volvieron a fallar el primer día de la entrega del desayuno, cuando 17 niños de la Escuela Juan Sánchez Ramírez, en Cotuí, tuvieron que ser hospitalizados. Educación dijo que todo se debió a un episodio de intolerancia a la lactosa.

Ayer, el segundo y último día en que se distribuyó el desayuno, se intoxicaron cinco niños de las escuelas Ramón Matías Mella y la Ercilia Pepín, de Haina. Los menos tuvieron que ser trasladados al hospital municipal.