El gobierno y el aumento de sueldos

El gobierno y el aumento de sueldos

Los que ayer se oponían a un aumento salarial, aduciendo que no se podía afectar la estabilidad macroeconómica y porque dicho incremento dizque generaría mayor inflación, hoy están planteando que la reforma fiscal, pendiente de realizar, debe contemplar un reajuste general de salarios.

Esa incoherencia del grupo de dominicanos que nos gobierna hasta el próximo 16 de agosto, sólo tiene un nombre: demagogia y politiquería barata. Hoy están planteando aumento de salarios sin identificar la fuente de dónde saldrán los recursos para cubrirlo, o planteando cosas que rechazaron aplicar en su momento. Ese comportamiento de nuestros políticos va en detrimento de su clase, y aunque estén haciendo esas propuestas que no fueron capaces de ejecutar, para colocar en una situación difícil a las autoridades que se estrenarán el próximo 16 de agosto, no logran ver que en definitiva en el mediano y corto plazo, esas propuestas afectarán a toda la clase política por igual, tanto a los que gobiernan como a los opositores.

Devolver la capacidad adquisitiva al salario, quitada en gran parte por quienes hoy piden que se aumente, es un reto impostergable de las nuevas autoridades. En los últimos años el salario ha sido maltratado inmisericordemente, por los efectos de la política económica puesta en marcha por el actual gobierno, que en vez de salvar a los pobres, como vendió el Presidente Mejía en su campaña electoral del año 2000, los ha hundido por completo, al grado de convertir a la clase media dominicana en los nuevos pobres del país. Y es que el gobierno del Presidente Mejía no tuvo control en los últimos años, de dos variables económicas que han maltrecho el salario: la devaluación de la moneda y la inflación.

En agosto del año 2000 la moneda norteamericana se cotizaba a RD$16.05 por cada dólar. Hoy el dólar se cotiza a RD$47.06 según estadísticas del Banco Central. Esto representa un incremento de RD$31.01, o lo que es lo mismo, un aumento del 193%. Una persona que devengaba un salario de RD$5,000.00 en agosto del año 2000, tenía una capacidad de adquisición igual a US$311.53. Hoy día el mismo salario de RD$5,000.00 sólo puede adquirir US$106.25, lo que representa una disminución de US$205.28, igual a un 66%. Esto significa que la capacidad adquisitiva de los RD$5,000.00 del año 2000 se han convertido en a penas RD$1,700.00, lo cual es una calamidad que debe enfrentarse con responsabilidad, sin demagogias ni propuestas politiqueras.

Lo mismo sucede con la inflación que se ha registrado en los últimos años. A diciembre del 2003 la inflación, según el Banco Central, fue de 42.66%, cuando a diciembre del 2000 a penas era de 9.02%. Esto significa que un salario de RD$5,000.00 en diciembre del 2000 tenía una capacidad adquisitiva de RD$4,549.00. A diciembre del año pasado, ese mismo salario sólo tenía una capacidad de adquirir bienes y servicios por RD$2,867.00, lo que representa un empobrecimiento que atenta con la sobrevivencia de los cientos de miles de dominicanos que viven de un salario.

Claro que debe producirse un incremento salarial que permita retornar los niveles de prosperidad vividos por el país hasta hace unos cuantos años. Lo que no es tolerable es que quienes estén propugnando por este, sean los mismos que crearon el estado d e caos por el que atraviesa la economía dominicana. El gobierno que preside el agrónomo Hipólito Mejía hasta el próximo 16 de agosto, castigó a la población dominicana con nuevos impuestos y aumentando otros, mediante dos reformas tributarias. En ninguna de ellas el Presidente Mejía planteó incremento de sueldos, muchos menos los congresistas del partido oficial. Las nuevas autoridades sabrán el momento en que dicho aumento deba producirse, sin que el mismo represente nuevas perturbaciones para la sociedad y la maltrecha economía que nos dejas el PRD y su gobierno. Que no crean Hipólito y el PPH que planeando un aumento general de salarios con la reforma pendiente, estén ganando puntos frente a la población. El pueblo ya habló el pasado 16 de mayo, y aunque Leonel y el PLD no ofrecieron subir los sueldos, sólo su presencia en el Palacio Nacional representa un respiro para la población.

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