FIDELIO DESPRADEL
Paso a paso, la verdad acabará por resplandecer. El general Elby Viñas Román evadió responder el emplazamiento que le hicimos Napoleón Méndez (Polón), Rafael Reyes (Pitifia), Germán Árias (Chanchano) y yo para que revelara de dónde provino la orden de asesinar a Manolo si éste era tomado prisionero. El general murió cuando nos aprestábamos a desarrollar una campaña nacional para conminarlo a revelar la verdad.

Empero, el sábado pasado, en página completa de Hoy, el doctor Mario Read Vittini escribió un trabajo titulado “La muerte de Manolo”, donde expresa sus “verdades” acerca del asesinato de Manolo. Resulta que el doctor Mario Read Vittini era secretario de la Presidencia del primer Triunvirato, constituido por don Emilio de los Santos, el ingeniero Manuel Tavárez Espaillat y el doctor Tapia Espinal, y en su escrito hay un párrafo sumamente significativo:

“Hubo reuniones (en el Palacio Nacional, F.D.) en las que sostuve agrias discusiones, y el 18 de diciembre sostuvimos una reunión del gabinete en el que yo le dije a los triunviros y los ministros que estaban de acuerdo con ellos lo que iba a provocar para la República si persistían en su intención (que Manolo no bajara vivo de las montañas, F.D.). “Estaban presentes, de acuerdo conmigo, según me lo manifestaron, Pedro Manuel Casals Victoria, el doctor Alcibíades Espinosa, el general Ramírez Alcántara y el doctor Hipólito Sánchez Báez.” (Hasta aquí la cita). El día 14 de diciembre, el gobierno de los EE.UU había reconocido al gobierno de facto y para el 18 los demás frentes guerrilleros habían sido diezmados y desmantelados.

En Manaclas, por el contrario, desde el día 14 de diciembre, cuando el mando decidió cambiar, de oeste franco a este franco, hacia una zona donde por muchos años no había transitado humano alguno, las fuerzas militares que nos perseguían habían perdido totalmente el rastro de la guerrilla. Habían pasado cinco días, pero era de esperarse que en función de lo que había sucedido en los demás frentes, en la reunión de Palacio, el 18 de diciembre, sus integrantes podrían suponer que en Manaclas podía repetirse el caso de los demás, frentes, donde una gran cantidad de guerrilleros fueron tomados prisioneros.

El doctor Mario Read Vittini dice en su escrito que emplazó al Triunvirato y a los ministros que estaban de acuerdo con ellos (que Manolo no bajara vivo de las montañas) de “lo que iba a provocar para la República si persistían en su intención”, y dijo que el doctor Pedro Manuel Casals Victoria, el doctor Alcibíades Espinosa, el general Ramírez Alcántara yel doctor Hipólito Sánchez Báez “estaban de acuerdo” con él (con Mario Read Vittini). Sé que dos de estas personas están vivas. Quedan pues emplazadas a decir “su verdad” sobre la crucial reunión.

Pero en esa reunión se encontraban también, entre otros, el doctor Donald Reid Cabral, doctor Viriato Fiallo, Horacio Julio Ornes Coiscou y los generales Elby Viñas Román, Wessin y Wessin, Atila Luna, Belisario Peguero, el general Hungría y otros.

El doctor Emilio Cordero, miembro de la alta dirección del 14 de junio, integrante de la columna guerrillera y gran amigo y compañero de Manolo, sabe muy bien lo que se discutió en dicha reunión. Se lo comunicó, años atrás, un oficial de la Fuerza Aérea, miembro de la escolta del general Wessin y Wessin, que estuvo presente en la reunión.

En esa reunión prevaleció el criterio de que “Manolo no saliera vivo de las montañas” y se decidió tenderle una “carnada” a los guerrilleros, a través de un discurso del triunviro Manuel Tavárez Espaillat, difundido por radio y televisión, el 19 de diciembre de 1963, donde éste expresó, entre otras cosas, lo siguiente: “Es innecesario reiterarles (a los guerrilleros) que sus vidas y sus derechos serán religiosamente respetados.”

El Ingeniero Tavárez Espaillat era un miembro prominente de los grupos sociales y económicos que habiendo desarrollado sus empresas a la sombra o como socios menores de Trujillo y participado en los grupos de la élite social que conspiró con el gobierno norteamericano para salir de Trujillo, consideraron que esta República Dominicana les pertenecía, y desde aquellos aciagos años, pasando por los doce años de Balaguer y los gobiernos del PRD, impusieron el modelo que hoy tiene entrampado a nuestro país, donde la práctica del oligopolio y de aprovecharse del gobierno para potenciar sus negocios, así como la corrupción y la impunidad, constituyen sus ejes fundamentales.

Las personas mencionadas por el doctor Read Vittini están emplazadas a expresar su versión. También los demás miembros del gabinete y los generales Valdez Hilario y Ramiro Matos, comandante de la segunda brigada, con asiento en Santiago, y comandante de las fuerzas antiguerrilleras de Manaclas.

Las nuevas generaciones deben conocer estas prácticas, que tanta repercusión han tenido, hasta hoy, en el destino de nuestro país.

Después me referiré a otros temas tratados por el doctor Mario Read Vittini.