El golpeo incesante de plagas que aterrizan sobre el campo

El golpeo incesante de plagas que aterrizan sobre el campo

Ingrata compañía. La pesta porcina africana, se agrega

 Si solo  los humanos   concurrieran al consumo de alimentos   logrados en predios locales todo estuviera bien, pero huéspedes indeseables van siempre al ataque, primeros en  devorar

La reaparición de la incurable y mortal Peste Porcina Africana ha puesto en primer plano los problemas de sanidad animal y vegetal que van al azote más frecuentemente de lo que puede suponerse, generando pérdidas a la agropecuaria y perjuicios a los consumidores mediante alzas y desabastecimientos que amenazan la seguridad alimentaria.

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Mueren los puerquitos de crianzas marginales porque de súbito circula un virus que de llegar a las grandes y modernas granjas, estaría trillando camino hacia el desplome de una industria porcina que ha crecido excepcionalmente en el país a costa de inversiones millonarias y uso intensivo de financiamientos.

Un gran peligro para uno de los subsectores de más presencia como fuente de proteínas cárnicas. Pero no es para creer que solo hay gérmenes destructivos que contagian marranos. En República Dominicana se da diaria batalla contra insectos, ácaros, hongos, virus, bacterias, gusanos y malezas que parasitan y arruinan volúmenes de cosechas, que actúan sobre los surcos, frutos y follajes o se internan en corrales de bovinos y avícolas, que pusieron en jaque por un tiempo la producción de aguacates parasitados y que obligó por períodos a erradicar plantaciones de tomate hasta que desapareciera la amenaza de un insecto.

Entran como comensales sin invitación a predios ajenos a consumir en grandes proporciones bienes alimentarios antes de que puedan generar beneficios a quienes los producen, a veces exportan, y frecuentemente deben destinar a la nutrición de los dominicanos y a cientos de miles de turistas extranjeros que llegan a los polos hoteleros.

Las alarmas están encendidas y la mayoría de los productores, tanto de la pecuaria como del agro a nivel nacional creen que está creada la urgencia de dotar al país de leyes que superen obsolescencias y resulten verdaderamente funcionales contra los niveles críticos a que va a caerse en los campos, como ocurre ahora con la crianza de cerdos.

Serían herramientas legales para garantizar inocuidad, mayor acceso a insumos protectores de siembras y rebaños, que procedan de la veterinaria avanzada y de las tecnologías que mundialmente han mejorado el manejo de plagas. Como riesgosa que es por razones ambientales y climatológicas y exigente tecnológicamente para enfrentar a sus enemigos naturales, la agropecuaria, como inversión de categoría estratégica para la nación, debe estar situada en un marco de garantías a las inversiones y de sistema de protección con pólizas de seguro que hagan fluir sin pánico los capitales hacia las zonas rurales.

La quiebra debe ser una posibilidad remota y solucionable a través de mecanismos de indemnización.

SALVACIÓN PARA EL PLÁTANO
La importancia de esta musácea de arraigo en la cultura de hacer parir la tierra, y de llegar como pan nuestro de cada día a la mesa de los dominicanos, el 68% de las 81 mil hectáreas dedicadas a esta familia de plantas en el país está dedicado al plátano, que antes de llegar al corte de sus racimos, está expuesto rutinariamente a la Sigatoka Negra, enfermedad causada por el hongo Mycosphaerella Fi Jiensis, la más grave y destructiva para este renglón en el mundo entero. Hoy está presente en todas las regiones del país. Su control fitosanitario es costoso y sus componentes no están al alcance de numerosos agricultores de bajos recursos sin los cuales terminan siendo más caros por escasez alcista, los fritos y el mangú.

Tabaco: menos fuerte de lo que se cree

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Un insecto terrible
Lo llaman Thrips y ataca sin compasión los sembradíos de tabaco provocando una enfermedad conocida como TSWV. o virus del tomate.

Sus azotes han sido sentidos en Villa González, Navarrete, La Canela y El Limón en el Cibao. La aromática hoja necesita la mano amiga del productor para sobrevivir.


La opción inevitablemente encarecedora de costos, implica hacer cambios en el manejo de plantaciones, uso de variedades resistentes y aplicaciones frecuentes de fungicidas. En República Dominicana fue detectada en 1996 en la provincia de Montecristi y luego en el Este y el Nordeste. La pérdida en productividad, cuando no se recurre a prácticas adecuadas se calculan entre un 30% y un 80%. Saber de las vicisitudes de los cultivadores hace más comprensible que el apetecible vívere no ande siempre con los precios asequibles.

COMPLICACIONES CON EL ARROZ
Una mosca apodada la Minadora, un ácaro que gusta demasiado de sus granos y un insecto que nombran Sogata, ponen contra la pared a quienes cultivan arroz, el blanco en la bandera de las tres calientes de hondas raíces en las preferencias criollas. De las plagas que azotan al cereal número uno dominicanamente hablando, dice el experto Rafael Menesse Carbonell que los daños que causan enfermedades y devoradores del tejido vegetal pueden ser económicos (pérdida de productividad) de ingresos e inversiones y psicológicos (conmoción y pánico) que espanta a los hombres del campo, sin cuyo sudor los alimentos se ponen difíciles aunque cuando soplan buenos vientos para las cosechas, los que más se benefician son los que menos trabajan: los intermediarios, que en República Dominicana forman una densa y voraz franja. La Organización para la Agricultura y la Alimentación, FAO, tiene seguramente colgados del alma a los minifundistas del sector arrocero, los que, no sabemos si todavía, estaban considerados el pilar más importante de la producción local del demandado cereal en su diversidad de parcelas de la llamada Reforma Agraria. Por sus avatares, y porque las estructuras estatales fallan en apoyar a pequeños productores locales, suelen aparecer justificaciones a recurrir a importaciones generadoras de competencia desleal.

GUANDULES POR EL MISMO CAMINO
Están medidos como grandes los daños que causa la Mosca Asiática «Melanagromyza», que ataca las siembras de guandules en la fructificación, reduciendo la producción y en consecuencia llevando a las alzas y a reducir la exportación de este alimento. Un estudio sobre el terreno y de los efectos de los parasitoides y las plagas que prosperan sobre el guandul o gandul en sentido general llegó a determinar que desde el 2006 ha estado proliferando la población del insecto en zonas de Valverde y Barahona.
En tres años diferentes llegaron a máxima presencia en los campos de la provincia Valverde y en los veranos posteriores abundaron sobre la vegetación de Cabral, Barahona. El cambio climático se ensaña sobre importantes zonas agrícolas., y los enemigos naturales son exacerbados .

Anti-Frijoles
¿QUÉ DECIR DE LAS HABICHUELAS?

Lo endémico va
Gracias al Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales, Idiaf, los habichueleros del valle de San Juan disponen de tecnologías para hace frente regularmente a la enfermedad causada por un «begomo virus Geminiviridae» que se vale de un insecto, que es la mosca blanca «bemisiatabasi», que
inocula el microbio en las frágiles plantas, expuestas además a recurrentes excesos de agua o a su falta total. Esta enfermedad tiene categoría de endémica y recurrente en la región Suroeste y fue identificada inicialmente en 1969 en el fértil valle sureño, aunque fue en el decenio de 1990 que se sintió su impacto sobre la frágil economía agrícola. En dos años las pérdidas a productores llegaron a 27 millones de dólares. Consta que en ese momento la enfermedad estaba considerada como la principal causa de la reducción en el área de siembra de habichuelas a nivel nacional.

La doctora Graciela Godoy de Lutz, investigadora en protección vegetal del Idiaf, dijo en años cercanos que las condiciones de sequías que persisten hasta hoy, altas temperaturas y desplazamientos de los períodos tradicionales de lluvia, suelen contribuir a una rápida multiplicación y diseminación de la mosca blanca.

LO DIVERSO DEL PROBLEMA

El Gobierno cuenta con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y ejecuta programas financiados desde el 2012 por la entidad en favor de la Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria. En el proceso previo a la firma de un acuerdo bilateral para esos fines se reconoció que el país había enfrentado desafíos importantes en cuanto al cumplimiento de prescripciones fitosanitarias encaminadas a disminuir los residuos de plaguicidas y en fortalecer el tema de la inocuidad de los productos exportables, aspectos considerados inicialmente como de resultados favorables.

Un estudio de ese tiempo puso en alerta a los organismos involucrados por la reafirmación de una alta presencia en la agricultura nacional de insectos destructivos, arácnidos, de diversidad de ácaros y un agrupamiento de hongos. Se incluyeron como perjudiciales en el listado los fitoplasmas, virus y viroides. Nematodos vertebrados y moluscos junto con una lista de las principales malezas que multiplican los costos de la producción de alimentos de origen vegetal para los

dominicanos, sus visitantes del relax turístico, y el envío de embarque al exterior, hacia mercados exigentes, alertas a la infiltración de huéspedes del reino de los patógenos que representan un gran peligro para sus propias especies de plantas, cuando no, a la propia salud de los humanos. Las zonas tabaqueras no escapan a las agresiones de bichos.

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