Obviamente que el mal con tiempo tiene cura, pero si usted deja que la casa se le venga encima, le será muy difícil detener la caída.
Eso ocurrió al presidente Danilo Medina, quien jugó con la inteligencia de la gente; nunca quiso dar explicaciones de su gestión gubernamental, jugando al tiempo y al olvido, y cuando estuvo obligado a hablar, aquel lunes 22 de julio, fue para hacerlo de una manera deprimente.
El presidente no dejó con claridad que no optaría por un nuevo mandato, sino más bien que esto tuvo que tomarse fruto de la interpretación periodística. Ya el presidente Medina no tenía otra alternativa que dejar el campo libre a otros candidatos en su PLD.
Si el presidente, como hizo en el 2015, se lanza abiertamente en la búsqueda de la reelección con temprano, otra fuese la historia, aunque no sabemos si para bien o para mal.
Es que ningún presidente, de ninguna parte del mundo, debe negarse a dar explicaciones a su pueblo como hizo costumbre Danilo Medina, que de una manera grosera trató “a los muchachos” de la prensa cuando trataban de cuestionarlo sobre temas de interés nacional.
Obviamente, que el presidente Danilo Medina pagó con creces su forma despectiva como se manejó en el trato de mantenerse incomunicado con su pueblo.
Ahora, si el presidente Medina logra tener la oportunidad de volver a ser político con opción de poder, y llega nueva vez a la Presidencia de la República, otro será su proceder. Creemos no nos equivocamos.