El gran giro hacia China Popular

El gran giro hacia China Popular

La China Popular, con su enorme economía y ambiciosa estrategia integracionista, ha entrado impactantemente en las expectativas y tratos exteriores de la República Dominicana mientras Estados Unidos retrocede como si renunciara a la supremacía que le ha caracterizado en esta zona. Con la ruptura de relaciones, Taiwán es desplazada. Su relevante cooperación de socio y amigo de los dominicanos declinaría mientras toma su lugar la contraparte que es potencia en varios órdenes y exhibe un vigor expansionista con inversiones y disponibilidad extraordinaria de recursos para bifurcarse por el mundo. Los chinos de Taipei estaban condenados a reducir su papel con los dominicanos. Siempre ha sido así. Los colosos se imponen hasta para modificar los perfiles del mundo.
Este cambio en la diplomacia es recibido con aceptación por agentes económicos locales, independientemente de los criterios sobre Taiwán tras una larga y productiva relación. Los horizontes del comercio exterior, con el posible beneficio de una reciprocidad ventajosa, se expanden hacia uno de los mercados más grandes del Planeta. La relación de los dominicanos con pueblos de Asia ha sido provechosa a lo largo del tiempo. Es usual, en el equilibrio de intereses, que el reconocimiento diplomático a China Popular no implique cortar nexos de otra naturaleza con Taiwán. Cabe la amistad en lo cultural y comercial con respectivas oficinas de intereses.

A la porra con las “cuñas”

La solución a los trágicos problemas de tránsito del país tiene que ser procurada sobre la base de un mayor respeto a la autoridad legítimamente constituida, con Amet en primer orden. Y esta a su vez dando oportunidad al conductor para el reclamo en buena forma de sus derechos. Lo importante es romper con la cultura de procurar inmunidad y privilegios tras la infracción, invocando con frecuencia algún vínculo con el poder o prominencias de otra índole para eludir sanciones.

El día que las normas de tránsito se apliquen sin excepciones, con la desaparición de los estatus de “hijo de papá”, “querida de un general” o “cachanchán” o adulón de algún ministro, algunas cosas importante empezarán a quedar en los sitios que les corresponden. El amiguismo mantiene al país en atrasos institucionales.

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