El gran pecado del PLD

El gran pecado del PLD

Leonel Fernández es un hombre de valiosas cualidades. He compartido con personas muy allegadas a él y todas coinciden en decir que es inteligente, capacitado, de trato fino y de gran sensibilidad humana.

Me he sentido bien con que el doctor Fernández haya sido y siga siendo el Presidente de los dominicanos.

Él asumió los destinos de nuestra nación en un momento histórico muy importante. Nos sentimos orgullosos de la forma magistral en que se ha manejado y ha representado al país en los escenarios internacionales.

Sin embargo, estas condiciones y  logros de sus gestiones  están sufriendo los embates severos de una corrupción vulgar que se ha constituido ya en ofensa dolorosa para toda la sociedad dominicana.

Con el asunto del narcotráfico pueden encontrarse argumentos de defensa, pero es imposible ocultar cómo funcionarios morados se han hecho de fortunas muy gruesas, precisamente durante el ejercicio de sus funciones.

Obligatoriamente los dominicanos nos preguntamos cómo es posible que el Presidente tolere y mantenga acercamiento con personas de su entorno tan cuestionadas. Con sus ambiciones, bellaquerías y generación de antipatía hacia ellos no pueden decir que favorecen al Gobierno y al partido al cual pertenecen. Los deshonran.

 Es cierto que la corrupción es una práctica difícil de controlar en naciones como la nuestra, pero, por lo menos, debe darse alguna señal contundente de desaprobación y rechazo a la misma. Al margen de la justicia, no hay sanción ni castigo a nivel de los partidos y de los gobiernos. Todo lo contrario. Hay individuos que después del escándalo son promovidos a posiciones importantes y de decisiones capitales.

En esto Leonel Fernández y el PLD como que no han cuidado la imagen, generando frustración en el pueblo y desilusión en quienes les admiramos.

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