El grave error de Miguel Vargas

<STRONG>El grave error de Miguel Vargas</STRONG>

Si la cúpula de un partido es capaz de gastarse la imprudencia  de expulsar a un ex Presidente de la República, el candidato que hace siete meses obtuvo el respaldo del 47 por ciento de los electores, entonces se está liquidando políticamente y cerrándose el camino electoral hacia el poder.

El Presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, ha cometido un grave error histórico al  prevalerse de la precaria institucionalidad que maneja para propiciar las expulsiones de Mejía, junto a dirigentes de la talla del presidente en funciones, Andrés Bautista, el secretario general, Orlando Jorge Mera, y la secretaria de organización, Geanilda Vásquez.  Las devastadoras repercusiones políticas de tan imprudente decisión, no son difíciles de otear en el horizonte perredeísta, un cuerpo escindido desgastándose en procesos estériles. Mejía, individualmente considerado, es un activo importante del PRD. Presidente de la República 2000-2004, tres veces candidato presidencial, ex Secretario de Agricultura; sus aportaciones a la causa perredeísta, incluidos yerros frecuentes,  superan con creces las de Vargas y sus acólitos.  Si a ese nivel no es respetado, ¿qué pueden esperar los demás? ¿Cuántos ex mandatarios tiene el PRD para gastarse lujo tan miserable, botando a Mejía como si fuese un cualquiera? Ha colapsado el discernimiento, el diálogo, la negociación; impera el irrespeto dentro del PRD.  La crónica de esa expulsión, parida por un Tribunal Disciplinario abiertamente parcializado y prejuiciado, insulta la memoria de José Francisco Peña Gómez, un hombre justo, que respetaba la jerarquía y méritos de rivales y detractores. Juan Bosch se fue del PRD en 1973, el ex Presidente Jacobo Majluta también se marchó a finales de los 80. Peña Gómez jamás utilizó la institucionalidad para irrespetarlos. Vargas reitera su errático proceder, cometiendo un gravísimo error  sin precedentes en la historia dominicana.

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