Hoy 
JESÚS MARÍA HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
Creemos interesante escribir algunas consideraciones sobre este tema, ya que nuestro país será sede el próximo mes de marzo de la XXI Reunión Anual de esa prestigiosa asociación de países latinoamericanos.
Corrían los primeros años de la década de los 80, “La década pérdida” para Latinoamérica de acuerdo a los analistas económicos; la llamada “Guerra Fría” mantenía aun su efervescencia en diversas regiones del planeta, entre éstas se destacaba Centroamérica, cuyos países, salvo excepciones, se desangraban en enfrentamientos bélicos donde las grandes potencias ponían la ideología y las armas y los centroamericanos ponían los muertos.
Ante esta turbulenta situación en 1983, cuatro países (México, Venezuela, Colombia y Panamá), enviaron sus representantes a la pequeña isla de Contadora (Panamá) para tratar de iniciar e impulsar un diálogo político que llegara a concertar acuerdos para establecer la paz en la región, así nació lo que se llamaría el “Grupo de Contadora”. Con la llegada de la democracia a la Argentina, Brasil, Uruguay, Perú tenía varios años gozando de ésta, los gobiernos de estos cuatro países se unieron al grupo original como un Grupo de Apoyo para colaborar también con sus ideas y lograr la anhelada paz en la región centroamericana.
Es así como surge lo que en principio se llamaría el Grupo de los Ocho y ya en diciembre del 1986 estos países entusiasmados con su éxito en el logro de la paz en Centroamérica, se reunieron en la antigua capital de Brasil, Río de Janeiro, con el objetivo de “fortalecer y sistematizar la concertación política de los gobiernos mediante la realización de un proceso de consultas regulares sobre temas que afectan o interesan a los países de la región en el contexto de una creciente unidad latinoamericana” y aumentar así su proyección en el ámbito regional e internacional, quedando creado así el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política (Grupo de Río).
En el marco de la IV reunión de los presidentes de este Mecanismo que se llevó a cabo en Caracas, Venezuela los días 11 y 12 de octubre el 1990 se incorporaron Chile, Ecuador, Bolivia y Paraguay, que completaron ya la primera formación del Grupo de Río.
En esta misma Cumbre, los países centroamericanos y caribeños fueron invitados a participar en el Grupo, pero con un representante por región, rotativo de acuerdo a como ellos decidieran. Así estuvieron participando por varios años.
La República Dominicana solicitó su ingreso formalmente a este Grupo en febrero del 1997, pero aclarando desde el principio que su solicitud era para una participación plena, en igualdad de condiciones de todos los participantes, ya que, primero, no pertenecía a ningún sistema integracionista y segundo, y esto era lo más importante, que como Estado libre y soberano, respetuoso de los principios de la democracia, del derecho internacional y de los derechos humanos, teníamos todo el derecho de ocupar un puesto en las mismas condiciones que los demás miembros.
Las negociaciones fueron lentas y complicadas, había argumentos de un lado y del otro, pero al final triunfó nuestro planteamiento y en septiembre del 1999 en el marco de la 54 (quincuagésima cuarta) Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, fuimos convocados a una reunión con el Grupo, donde nos invitaron junto a los centroamericanos a participar de pleno derecho en ese Mecanismo.
