¿El guardia es bruto?

¿El guardia es bruto?

EDUARDO KLINGER PEVIDA
Cuantas veces no se oye decir o exclamar que «el guardia es bruto». Por eso cuando hace unos ocho años me invitaron a incorporarme con el staff de profesores que imparten docencia en los cursos superiores de la Secretaria de Estado de las Fuerzas Armadas sabia que iba a conocer una experiencia totalmente nueva.

Lo primero que me sorprendió fue encontrar, no al guardia encerrado en si mismo viendo o buscando enemigos dentro de su propia sociedad   algo cotidiano en la época de la guerra fría   a oficiales de rango superior que se sientan en un aula conjuntamente con una amplia gama de representantes de la sociedad civil, y de la no civil, de la mas amplia gama del pensamiento ideológico. Pero no es solo que se sienten juntos sino que armonizan en una interacción de tolerancia y mucho respeto. Los expositores también profesan con profunda amplitud y libertad de criterio e igualmente recibimos absoluto respeto. Se disiente si, pero esencialmente, en un plano intelectual y académico.

Cuando hablo de diversidad en el quórum me refiero a que los grupos se componen de oficiales superiores de los diferentes cuerpos armados, funcionarios de diversas instituciones y representantes de una amplia gama de partidos políticos representantes de un espectro ideológico que va desde la izquierda a la derecha   para utilizar referencias de la guerra fría, que hoy día no reflejan necesariamente las mismas tendencias ideológicas  . Esa es la situación que caracteriza los dos programas de cuarto nivel que se imparten en la Escuela de Graduados de Altos Estudios: una Especialización de nivel de Postgrado en Geopolítica del Gran Caribe y una Maestría en Seguridad y Defensa. En ambos cursos participa una amplia representación de civiles de la procedencia ya señalada. En los cursos de Comando y Estado Mayor, aunque igualmente de nivel superior, los participantes, lógicamente, son solo oficiales.

Si en muchos otros niveles y medios de la sociedad dominicana se hubiese tenido la sabiduría de promover ese alto nivel de confrontación de ideas, tolerancia y acercamiento, estaríamos mucho mejor en todos los sentidos.

Sin embargo, no es solo esa amplitud de pensamiento lo que quiero destacar sino, especialmente, el nivel de profesionalidad y desarrollo intelectual que de manera mayoritaria me encontré entre los oficiales superiores cursantes de esos cursos.

En prácticamente todos los casos son oficiales con preparación profesional, muchos han pasado cursos en academias militares de prestigio en varios países y no son pocos los que tienen sólidas inquietudes intelectuales. Por supuesto, la composición intelectual es heterogénea como pasa en cualquier aula de cuarto nivel en cualquiera de las universidades del país.

Sin embargo, es de destacar que no son pocas las veces que después del tratamiento o discusión de un tema en el cual el profesor mencione algún libro relevante, al día siguiente alguien le muestre que lo fue a comprar o, incluso, que lo haya encargado al exterior si no esta disponible en las librerías nacionales. Personalmente he vivido esa experiencia en varias ocasiones.

Ciertamente, hay que destacar que la dirección de la Secretaria de las Fuerzas Armadas en los últimos años se ha estado preocupando por consolidar la formación superior dentro de la institución dándole una base orgánica con la creación del Instituto Superior para la Defensa, INSUDE.

El nivel de organización en que se desarrolla el proceso docente y la alta exigencia por que se vela en todos los aspectos son, verdaderamente, encomiables y sin mucho paralelo en otras instituciones. Para la preparación y exposición de las tesis existe un reglamento estricto que se tiene que cumplir y que toca incluso a los asesores de las mismas y al jurado evaluador. Tanto para el rol de asesor como para el de jurado se invita a profesionales de elevado prestigio en sus tópicos.

Quizás debí haber mencionado algunos nombres pero ese no era el objetivo y siempre corría el riesgo de incurrir en alguna omisión relevante. No obstante, si puedo decir que prácticamente todos los que se han destacado por su formación e inquietudes intelectuales ocupan posiciones muy relevantes dentro de la Secretaria de las Fuerzas Armadas y dentro de cada uno de las instituciones militares.

Algo mas, para evitar suspicacias, que conste, desde hace mucho tiempo soy profesor nombrado y no busco nada expresando estas ideas, sino, exclusivamente, reconocer méritos, porque, como decía José Martí: «Honrar, honra».

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