El gueto de Varsovia, sesentaidós años después…

El gueto de Varsovia, sesentaidós años después…

POR GRACIELA AZCÁRATE
El 8 de mayo del 2005, las portadas de los periódicos publicaron fotos de Europa, expresamente de Varsovia, donde conmemoraban sesentaidós años después el levantamiento del gueto judío. Una anciana polaca con una flor en la mano resaltaba entre alemanes jóvenes y viejos partisanos polacos y del ejército soviético.

Debió ser una niña, en aquella época y en su rostro estaba dibujado el mapa del horror que fue el gueto de Varsovia. Su rostro viejo y arrugado rejuvenecía y se convertía en sobreviviente de esas miles de fotos que han permanecido en archivos secretos sacados por los mismos verdugos.

Fotos que han permanecido ocultas, y sin revelar por más de cincuenta años.

La película de Polanski “El Pianista”, “La lista de Schindler”, el libro “Crónica del Holocausto” van abriendo como en abanico espeluznante el horror desencadenado por el nazismo.

Fotos que muestran muertos esqueléticos tirados en las calles, víctimas de la inanición y del tifus, carros que transportaban los restos de lo que habían sido seres humanos, gigantescas tumbas colectivas en el momento de descargar los cadáveres, una nena de edad indefinida, con su rostro cruzado por el miedo y el dolor, teniendo en su falda un hermanito dormido o muerto.

La barbarie nazi en su expresión más descarnada, para colmo fotografiada por los mismos opresores. En la misma Varsovia, la capital de Polonia invadida, donde residía la mayor cantidad de judíos de toda Europa y la ciudad que al fin de la Segunda Guerra Mundial, fue de las ciudades de Europa la única totalmente arrasada y dejada en ruinas.

EL GUETO DE VARSOVIA

El 16 de octubre de 1940, se organizó el perímetro en el cual quedaron encerrados los judíos polacos. Quedó expresamente prohibido establecerse fuera de una zona específica delimitada primero con alambres de púas y luego por un muro de tres metros de alto y 18 kilómetros de largo. En 1941, en ese reducto mínimo se hacinaban 500.000 personas a las que la política nazi condenó al exterminio por hambre o enfermedad. La máquina asesina estimó que era muy lento el modo de exterminio y comenzó las deportaciones masivas hacia el campo de concentración de Treblinka.

Diariamente, salían más de seis mil personas de Umschlag Platz, la estación de tren situada en el propio corazón del gueto.

En el mes de agosto, desfilaron por las calles del terreno cercado, rumbo al tren de la muerte los niños de los jardines de infantes y de los orfelinatos acompañados por el célebre pedagogo Janusz Korczak.

En septiembre de 1942, sólo quedan en la capital polaca unos 36.000 judíos, alrededor de 260.000 fueron asaesinados en sólo siete semanas. Como regalo de cumpleaños para Adolfo Hitler, programaron para el 20 de abril, el exterminio de todos los sobrevivientes.

MORDEJAI ANILEVICH

Un grupo de jóvenes decidieron armarse y resistir con dignidad aunque pagarán con la vida. Empezaron a aprovisionarse de armas y alimentos sorteando las vallas del gueto a través de las cloacas. Todo es provisional y precario para los doscientos veinte combatientes conducidos por un joven de tan solo veinticuatro años llamado Mordejai Anilevich. Viven en la ignominia, están desesperados y quieren aunque sea morirse con dignidad.

Mordejai Anilevich ordenó que desobedecieran las exigencias alemanas de no salir fuera del gueto, que en caso de que los nazis realizaran un traslado, atacaran los medios de transporte en los cuales conducían a los judíos capturados, dio instrucciones precisas para que nadie se ofreciera voluntariamente a ser conducido a lugares de trabajo puesto que el destino final eran las cámaras de gas del campo de concentración de Treblinka

El 19 de abril de 1943 se inició la ofensiva final contra la heroica resistencia. Fue una batalla pérdida de antemano, pero dejó en claro que los judíos polacos tenían la determinación y la valentía de realizar la primera rebelión ciudadana en la Europa ocupada.

La geografía europea estaba cruzada por miles de campos de concentración con la hipócrita leyenda a su entrada de: “El trabajo libera” mientras orquestas de músicos judíos recibían los nuevos convoyes interpretando “el tango de la muerte” camino de las cámaras de gas.

El 19 de abril los judíos del gueto celebraron la Pascua Judía, el Pesaj que recuerda la huída de Egipto para escapar de la esclavitud impuesta por el faraón.

La resistencia en el gueto de Varsovia, tomó de sorpresa a los nazis que recurrieron a la artillería, los tanques, aviones de bombardeo, ametralladoras y lanzallamas además de inundar las alcantarillas .

El 8 de mayo, los nazis llegaron a la calle Mila 18 donde estaba emplazada la comandancia general de la Resistencia.

Mordejai Anilevich y Ringel Blum, junto a los pocos amigos sobrevivientes, se suicidaron antes de entregarse. Antes de morir Anilevich escribió: “pude ver la defensa judía del gueto, en toda su gloria y su grandeza”.

En el laberinto de las cloacas de Varsovia un puñado de desesperados, escribió la historia del coraje que hizo frente a la intolerancia, el racismo y el odio al diferente.

A pesar de los años transcurridos todavía resuenan con valentía y coraje las estrofas del himno de los partisanos del gueto:

Nunca digas que esta senda es la final, / porque el cielo gris cubrió la luz del sol. / El momento tan ansiado llegará / y el sonar de nuestra marcha escucharán.

El clamor por tanta angustia y el dolor / desde el trópico hasta el polo sonará, / y al regar con sangre nuestra heredad, / la esperanza fuerte y pura crecerá.

No es un canto alegre, es canto de fusil, / no es tampoco pájaro de libertad, / es canción de un pueblo obligado a sufrir, / que con sangre y plomo el verso escribirá.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas