Hoy 
POR CARMEN MATOS
Hasta la tarde de ayer nadie había escuchado las plegarias de unas 400 familias que se quedaron aisladas en los sectores Las Mercedes y La Virgen, de Santo Domingo Norte.
Los damnificados, que ahora habitan en los cerros de las comunidades, apenas son vistos por sus vecinos que desde la lejanía son incapaces de responder a sus necesidades.
Ayer, ni siquiera aquellos que se aferraban a su fe encontraron consuelo ante la devastación que dejó la tormenta tropical Noel, mientras el hambre y la desesperación se abría terreno entre los afectados.
La entrada del río Yuca, el pasado lunes, sorprendió a los moradores que perdieron todas sus pertenencias y pudieron apenas salvar la vida.
HAMBRE Y Desolación
Ana Gertrudis Arredondo y Confesor González, de las juntas de Vecinos de Las Mercedes y La Virgen, respectivamente, lamentaron que sólo el lunes los habitantes de la zona recibieron ayuda de las autoridades, quedando desde ese día desprovistos de alimentos.
Apuntaron que la situación es peor para los habitantes de los cerros donde afirmaron que ya no queda nada, debido a la inundación de los escasos colmados.
Alba Tapia, una vecina, interrumpió para decir que el pasado martes escuchó a uno de los afectados vociferar desde los cerros que por favor, envíe agua o algo de comer, porque todo se le terminó. Sin embargo, agregó, que desde ese día no ha vuelto a escuchar las quejas, ni a verles sobre los techos.
Esteban Mella, otro de los residentes, sostuvo que unos 30 lugareños han sido hospitalizados por deshidratación, mientras comienzan a brotar alergias en la piel y males estomacales.
El INVI les vendió
La presidenta de la Junta de Vecinos de Las Mercedes, Ana Arredondo, se quejó de que el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) todavía no haya terminado el proyecto habitacional que desde el año 2004 habitan 554 familias a orillas del río Yuca.
Denunció que lagunas de excremento y la falta de agua potable asedian a los moradores, aunque supuestamente el drenaje pluvial está en fase de terminación.
