Cange, Haití (EFE).- El hambre se ha convertido en el principal enemigo de los enfermos de sida en Haití, uno de los países del mundo con mayor porcentaje de población afectada por esa enfermedad. Las organizaciones internacionales y otros agentes que ayudan a los enfermos de sida explicaron a efe que han coordinado su trabajo para combatir la desnutrición.

“El tratamiento con antirretrovirales en pacientes desnutridos no es poco efectivo, es totalmente ineficaz, sin efecto del todo”, aseguró el doctor norteamericano Paul Farmer, fundador de la organización “Amigos de la Salud”, dedicada a combatir el sida en Haití.

“La primera línea de defensa en la lucha contra el sida es la alimentación; la segunda ayudar a los campesinos, a la gente pobre, a generar sus propios recursos alimenticios, su seguridad alimenticia”, agregó Farmer, profesor de Medicina de la Universidad estadounidense de Harvard.

Esa es la estrategia a la que se ha sumado el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, que desde el pasado junio suministra alimentos en los siete centros médicos que “Amigos de la Salud” tiene distribuidos por el departamento del Plateau Central, el más depauperado de este país, que a su vez es el más pobre de América.

Un total de 3.000 haitianos seropositivos y sus familias se benefician de la alianza en las localidades de Lascahobas, Belladére, Boucan Carré, Thomonde, Cerca-la-Source, Hinche y Cange.

La joya de la corona de todos los centros sanitarios gestionados por el doctor Farmer en Haití es el hospital “Bon Sauveur”, ubicado en la localidad de Cange, donde cientos de miles de personas son atendidas cada año de forma totalmente gratuita.

Haitianos de todos los departamentos del país acuden a diario al centro para tratarse, entre ellos muchos seropositivos y con enfermedades que surgen tras el debilitamiento del sistema inmunológico a causa del SIDA, tales como la tuberculosis.

“Atendemos a unos 800 pacientes a diario, muchos de ellos desnutridos, lo que empeora su estado de salud. A los más graves los ingresamos, para lo que disponemos de 3.000 camas, que son insuficientes”, explicó el doctor Joasil, director médico del hospital.

La atención médica está totalmente cubierta en este centro y desde hace unos meses también se realizan distribuciones de comida entre los pacientes.

“Gracias a Dios hace un mes llegué al hospital. Estaba muy enferma y casi no podía andar. Vengo desde Gonaives porque me hablaron de que aquí me atenderían doctores gratis y me darían los medicamentos”, explica Josephine, una joven haitiana que como tantos otros recibe tratamiento en el hospital.