BALTIMORE (AP).- Como miembro del Salón de la Fama, Cal Ripken Jr. será reconocido con una placa que llevará una escultura de su cara y detalles de su espectacular carrera.

Esa placa será de bronce. Sería más apropiada si fuera de hierro. ¿Qué mejor manera de honrar un jugador sobresaliente que ganó el apodo de Hombre de Hierro? Aun si Ripken no hubiera jugado en el récord de 2,632 partidos consecutivos, habría sido elegido al Salón de la Fama.

Pero La Racha, con la que rompió la previa de 2,130 de Lou Gehrig, fue por mucho el logro más notable de Ripken y la razón por la que capturó un 98.53 por ciento de los votos.

“El ser recordado es algo especial. Habiendo dicho eso, creo que seré recordado por la racha”, dijo Ripken la semana pasada en una entrevista con Prensa Asociada. “Estoy muy orgulloso de lo que la racha representa. No por haber podido jugar todos esos partidos, sino por haberse presentado a jugar todos los días”.

Ripken tomó la llamada de ayer en casa, incierto de que su entrada al Salón era algo seguro.

“Hubo cierto sentido de anticipación, claro, nerviosismo. Luego, cuando me llamaron me sentí aliviado”, dijo en una conferencia telefónica. “Estaba contento y eufórico y aliviado al mismo tiempo”.

Ripken fue seleccionado por 537 votantes y terminó con el tercer porcentaje más alto detrás de Tom Seaver (98.84) y Nolan Ryan (98.79).

“Creo que el respaldo que tuve es asombroso, punto. Me siento muy bien por eso”, dijo. “Me sentí aliviado por haber entrado. Nunca me preocupé por eso de ser unánime o el mayor total de votos”.

Ripken se presentó todos los días y jugó lo suficientemente bien para que su dirigente decidiera que los Orioles de Baltimore estarían mejor con él en la alineación.

El promedio de por vida de Ripken, de .276, no es muy alto al comparar con otros que están en Cooperstown, pero se retiró en el 2002 como uno de siete jugadores en la historia con más de 400 jonrones y 3,000 hits.

Ganó dos premios al Jugador Más Valioso, fue el Novato del Año de 1982 y fue seleccionado al Juego de Estrellas 19 veces. Ripken, de seis pies y cuatro pulgadas de estatura también cambió la definición del puesto de torpedero, demostrando que un bateador alto podía jugar en el medio del cuadro tan bien, o mejor, que un “alita corta”.

“Me encanta el hecho de que piensen en que yo tuve éxito como torpedero como una persona grande, que quizás abrió la puerta para otros torpedero”, dijo a la AP. “No cambié el juego, pero mi éxito en la posición podría haber cambiado la forma en que muchos piensan del puesto”.

El ex lanzador de los Orioles Jim Palmer, también en el Salón de la Fama, dijo, “Si no hubiéramos tenido a Cal Ripken, no tuviéramos a Alex Rodríguez. Cal abrió el paso para los torpederos altos y fuertes”.

Ripken también ayudó a limpiar la imagen del béisbol luego del paro laboral que canceló la Serie Mundial de 1994. En 1995, al acercarse al récord de Gehrig, Ripken firmó miles de autógrafos, en casa y en la ruta.

Cuando la marca de Gehrig cayó el 6 de septiembre de 1995, su corrida alrededor del estadio en el Camden Yards mostró ser un momento dulce hasta para el más agrio de los fanáticos.

“La racha devolvió una conexión entre los fanáticos y el juego mismo”, dijo Ripken. “Siempre pensé en que era una persona introvertida y siempre usé los autógrafos para bajar eso un poco. Tenía toda esta energía, sentí que mi responsabilidad con la prensa y todo lo demás estaba quitándomela relación con los fanáticos”.

Así que firmó autógrafos por horas después de cada juego en agosto y septiembre.

“Es un gran recuerdo, porque acercó a los fanáticos a la celebración y mejoró un poco esa conexión”, dijo Ripken.