Seguimos conversando del hombre light, que según la obra del psiquiatra español Enrique Rojas, donde todo es ligero, suave, descafeinado, liviano, aéreo, débil de modo natural, todo tiene un bajo contenido calórico. Hemos perdido el rumbo como sociedad occidental, hoy no hay espacios para lograr grandes debates de temas trascendentes, como los contenidos por las ciencias, la filosofía, las artes, las religiones, la política, etcétera…
Ese carácter acumulativo, la solidez y la objetividad que dan los temas científicos, esos conocimientos trascendentes de la cultura y el buen arte, las formas refinadas en el trato, hoy poco importan, y son cada vez menos los interesados en argumentos relevantes, pues estamos inmersos en una cultura light donde sólo lo superficial es válido.
Al hombre light, esencialmente frívolo, no le interesa el debate ideológico, ni las inquietudes culturales. Sólo busca aquello que se relaciona con su vida profesional y/o técnica. Lo que no se relaciona con su campo le resulta leve, ligero, evanescente.
Sabemos que los conocimientos científicos son crecientes, lo que obliga a que el profesional o el técnico para continuar siendo de avanzada, tienen que vivir en estudios permanentes, o bien puede optar por hacer una generalización del conocimiento y conocer de forma general poco de lo que sucede en otras áreas; sin competencia, sin maestría, sin intimidad, sin profundidad.
Ese es el gran dilema de la actualidad. Es en esa ambigüedad que el hombre simple, el que interpreta que sólo el dinero tiene valor por sí mismo, opta por la cultura superficial e intrascendente.
Otro aspecto de importancia en el hombre light, es la condición de libertad individual, señala Rojas que: La idea de abrir de par en par las puertas de la libertad, es preciso entenderla en forma adecuada.
Se trata de descubrir aquello que verdaderamente hace progresar al hombre, de modo que su proyecto como persona sea lo más rico y positivo posible. Dado que el ser humano es perfectible y defectible, el uso adecuado de la libertad y la voluntad serán las velas que empujen su navegación a buen puerto.
Si pudiéramos hacer un recorrido a través de algunos importantes pensadores que conciben la Historia como libertad: Kant, Fichte, Hegel, Marx, Dilthey, Croce, etc., cuyas ideas merecen ser repensadas a la luz de este moderno hombre light, pero por razones de espacio, prefiero concentrarme en los conceptos de Benedetto Croce, escritor y filósofo italiano del siglo pasado.
Según Croce, la libertad no es un hecho accidental, sino una idea o el mismo conocimiento moral, que consiste en la incitación a acrecentar la vida y en reconocer en sí y en los demás, al hombre, la fuerza que se ha de respetar y promover en su capacidad creadora. Para él la libertad no tiene comienzo absoluto. La categoría de la libertad es inagotable.
El tema es amplio, pero deseo resumirlo con pensamientos del propio Rojas: ¨En la felicidad verdadera, la coherencia, la vida como argumento, el esfuerzo porque salga lo mejor que llevamos dentro y la fidelidad a los ideales.
Cada ingrediente sostiene lo que para mí es la clave que alienta ésta, esa trilogía que está compuesta de amor, trabajo y cultura. Y en su envoltura: tener una personalidad con un cierto grado de madurez y equilibrio psicológico¨. Elijamos nuestro propio destino.