El hombre serpiente de India, 222.000 reptiles cazados en 30 años de oficio

El hombre serpiente de India, 222.000 reptiles cazados en 30 años de oficio

Con una barra de hierro y un envase de vidrio en la mano, Mohammed Saleem ha cazado y atrapado 222.000 serpientes en las últimas tres décadas, convirtiéndose en “el hombre serpiente” de la ciudad de Bophal, en el centro de la India, conocida por los abundantes reptiles que pueblan la región.

Rondando los 50 años, Saleem Saanpwaale (hombre serpiente) -como es conocido en Bhopal- se ha dedicado a rescatar las serpientes que rondan en viviendas, hospitales, hoteles o incluso en las residencias y oficinas de altos funcionarios.

“Llevo 30 años cazando serpientes. Tengo un récord de 222.000 serpientes hasta ahora, incluyendo algunas de la casa del jefe de gobierno y de la casa del gobernador”, dijo a Efe Saleem este martes, día que marca el Día Mundial de la Serpiente.

El cazador profesional de serpientes ha mantenido un registro de todas sus capturas en las tres décadas de oficio en un país donde, según cifras oficiales, cada año unas 50.000 personas mueren a causa de mordeduras de serpientes.

El oficio que heredó de su padre, un herpetólogo autodidacta, ha supuesto también graves riesgos. A lo largo de los 30 años de oficio Saleem Saanpwaale ha sufrido cuatro mordeduras casi fatales. Sin protección alguna, el hombre se ha dedicado a capturar lo que bien podría ser una víbora de russell, de escala de sierra o una cobra, algunas de las especies de serpientes venenosas más mortíferas de esa región de la India.

“He estado ingresado en cuidados intensivos por cuatro picaduras de cobras”, dice Saleem recordando el horror cotidiano de su vida en la batalla contra los reptiles. Pero esas “experiencias próximas a la muerte y el estremecimiento que produce atrapar a las serpientes” no han detenido a Saleem, que ejerce como único cazador de serpientes de la Corporación Municipal de Bhopal.

“Incluso después de 30 años, todavía siento el reflejo instintivo que experimenté después de mi primera cacería. Me encanta esa sensación”, relata. ¿Cómo consigue dedicarse a un oficio que hace que le tiemblen las piernas y le produce escalofríos en la columna? La primera lección es, dice, que aunque “las serpientes pueden parecer aterradoras, no son enemigas del hombre a menos que las molestes».

“Mientras me acerco para atrapar una serpiente, parece que estoy en una situación de combate. Sin embargo, no es lo que siento dentro de mí. Yo voy a rescatar a un pobre reptil que tal vez se enfrenta a un peligro real entre la gente que lo rodea”, explica.

Entonces, “cuando llegas al lugar, no debes descuidar el siseo. Escucha cuidadosamente. Hay que escucharlo antes de encontrarla, de lo contrario aumenta el riesgo de ser atacado”, continua el hombre describiendo su ritual de cacería.

Finalmente, cuando descubres el lugar en el que se esconde, “saca la vara, sujeta su cabeza, agarra su cola y mantenla boca abajo. Luego introdúcela en un envase”, receta Saleem. La rutina del cazador termina realmente en el bosque a donde acude para liberar a las serpientes que ha capturado.

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