El homenaje de la Universidad Santo Tomás,
de Chile, a monseñor Núñez Collado

El homenaje de la Universidad Santo Tomás, <BR>de Chile, a monseñor Núñez Collado

POR ÁNGELA PEÑA
En monseñor Agripino Núñez Collado se cumplen a plenitud las condiciones de una persona destacada, notable por su ciencia y por su contribución al desarrollo de la educación en la República Dominicana, así como por sus contribuciones al bien social y político de su país en una confluencia de actividades de distinto carácter.

Así lo consideró el doctor Aníbal Vial Echeverría, rector de la Universidad Santo Tomás, de Santiago de Chile, al otorgarle el Doctorado Honoris Causa en Ciencias Sociales durante una ceremonia en la que además del reconocimiento al destacado mediador y conciliador nacional se analizaron los efectos negativos y positivos de la globalización en cátedra ilustrada, magistral, profunda con que el homenajeado agradeció la distinción.

El rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, empero, no viajó a la hermana nación exclusivamente a recibir la merecida condecoración que desde el 2003 le había anunciado el pasado rector de la academia extranjera, doctor Gerardo Rocha, quien hoy preside la Junta Directiva de esa casa de estudios. La ocasión fue propicia para visitar santuarios, conocer en Isla Negra la casa de Pablo Neruda, intercambiar con el embajador dominicano Amable Padilla Guerrero, almorzar con monseñor Aldo Cavalli, Nuncio de Su Santidad, oficiar misas, relacionarse con profesores y estudiantes o vivir la realidad de los moradores del Hogar de Cristo.

La imposición del gran medallón que en la Santo Tomás es la representación máxima del Doctorado fue, sin embargo, el acto solemne que culminó con el periplo que Núñez Collado realizó en compañía de los empresarios Félix García y Ángel Rosario Viñas. Miembros prestantes de la vida económica, política, diplomática, educativa y empresarial chilena acogieron cálidamente a los visitantes.

Vial Echeverría manifestó que en la activa personalidad de Monseñor se conjugan a plenitud los significados de universalidad, doctrina y tarea. “En él vemos representada a la Academia y al Foro, a la acción social y a la tarea educativa de la juventud penetradas por los principales valores cristianos, bajo la advocación de la iglesia Madre y Maestra que es y ha sido el nombre que testifica la tarea cotidiana de la universidad católica que preside”.

Destacó los vínculos estrechos existentes entre República Dominicana y Chile y entre las dos universidades, al tiempo que recordó el nacimiento de la evangelización y la catequización en Santo Domingo. Esa, dijo, era la convergencia de circunstancias que congregó a docentes, alumnos y personal del Aula Magna de la Universidad Santo Tomás “junto a uno de los mayores exponentes de la fe y la cultura de Centroamérica y el Caribe: la figura de monseñor Agripino Núñez, hombre del derecho y de las letras ampliamente conocido en su entorno centroamericano”.

La preclara inteligencia y la fuerte voluntad del “hombre de pensamiento y de acción”, como definió al religioso, fueron puestas de relieve por el doctor Vial Echeverría en su emotivo discurso en el que enfatizó que Monseñor “ha mostrado en su vida profesional y pública una inteligencia digna de ser honrada; en su trabajo intelectual, ejerciendo la cátedra y ocupando con excelencia el más alto cargo de la universidad y el más alto cargo como permanente mediador entre los hombres de trabajo en la conducción y ejecución de desafíos empresariales. El recorrido de su actuación pública ejercida con sabiduría y justicia, fortaleza y perseverancia, le ha elevado a ejecutar el liderazgo que sólo es posible con el formidable vigor que sustentan las virtudes señaladas. Ha dado cuenta a su pueblo dominicano de inteligencia y voluntad dignas de ser honradas”.

Al imponerle la insignia manifestó: “Por su quehacer académico, por su conducción universitaria, por su gran acción social y política ejercidas con excelencia, la Universidad de Santo Tomás lo declara hoy, ante la comunidad de maestros y alumnos, esta que es la más alta distinción que podemos brindarle: el Doctorado Honoris Causa en Ciencias Sociales”.

“Resultados pírricos”

Núñez Collado agradeció el homenaje con una trascendente disertación sobre la globalización en la que declaró que en un reciente foro de equidad social celebrado en el Banco Interamericano de Desarrollo, se analizó el impacto del gasto social en América Latina y, con excepción de Chile, “los resultados han sido pírricos”. Agregó que comparados los logros de esa nación en la mejoría de los niveles de pobreza y la calidad de vida, se resaltó que durante tres periodos gubernamentales consecutivos ha tenido continuidad en las políticas públicas”.

Para Núñez Collado, la palabra que parece decirlo todo, “aunque a veces dice muy poco o casi nada”, es globalización.

En una oratoria amparada en estudios de expertos y organismos internacionales, salpicada con máximas de grandes pensadores, con sabias palabras del Santo Padre y con sus propias deducciones y vivencias, el Prelado de Su Santidad señaló que en la globalización hay ganadores y perdedores. Los primeros, a su juicio, son los que han sabido aprovechar las oportunidades que ofrecen los nuevos mercados y han estado en condición de adecuarse exitosamente a los rigores de una competencia cada vez más difícil”.

Añadió que la globalización ha beneficiado, además, a quienes haciendo uso de los medios tecnológicos y de información que ofrece el mundo de hoy, “han podido hacer oír sus reclamos en el escenario internacional”. Los perdedores de la globalización, según el sacerdote, son los que, por falta de capital, tecnología o educación, no han podido adecuarse a las nuevas realidades del mercado mundial”.

Pero para él “no todo es ganancia para los países desarrollados. Los acontecimientos del once de septiembre del 2001 y del once de marzo del 2004, pusieron de manifiesto cuan vulnerables son los países, aun los más fuertes, frente a un terrorismo transnacional que también se ha globalizado”.

“En sentido general, concluyó, el mundo vive un momento de incertidumbre e inestabilidad en lo concerniente a la economía y a la seguridad de los Estados y de las mismas personas… En lugar de avanzar hacia la paz se agudizan la desconfianza, la conflictividad y la violencia”, exclamó.

El mundo, indicó, “se ha tornado más inseguro después de las guerras de Irak”. Y al declarar la realidad de la globalización afirmó: “Nos guste o nos disguste, la globalización es una realidad que debemos enfrentar. No es posible volver a un mundo de naciones encerradas, impermeables a las influencias económicas, políticas y culturales”.

Frente al pesimismo que afecta a la humanidad recordó un diálogo entre Sancho Panza y Quijote: “El primero dice: “Este mundo está perdido. Hay demasiados corruptos y ladrones”. Y Don Quijote le contestó: “Sea usted bueno y honrado y habrá un corrupto menos”.

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