El horror sigue por sus fueros

El horror sigue por sus fueros

Desde el primero de enero hasta  ayer, martes 10 de abril, en el país habían sido asesinadas 43 mujeres por sus parejas y ex parejas.

La alta frecuencia de crímenes de esta tipología reafirma una tendencia que por mucho tiempo ha estado perturbando a nuestra sociedad, sumiéndola en un estado de impotencia por la falta de medidas de prevención efectivas. La manifestación extrema de la violencia de género se afianza como enfermedad social.

Es poco lo logrado para atenuar la agresividad pasional. Un factor en contra es la dificultad para salirle al paso, a tiempo, a la intención criminosa de un hombre corroído por los celos o el despecho. Ha habido poca ganancia en la protección de la mujer agredida y que haya puesto su caso en manos de las autoridades. La violencia ha sido tan brutal que no repara en la presencia de niños en el escenario de los hechos. El asesinato de dos mujeres y las heridas graves a un niño de dos años en Villa Tapia, ilustra sobre esta frialdad.

La sociedad tiene sobradas razones para sentirse impotente ante estos hechos. Debería producirse una gran cruzada de todos los sectores para repudiar este y todos los tipos de violencia y para exigir de las autoridades un poquito más de esfuerzo en la gestión disuasiva. El horror sigue por sus fueros y no podemos ni debemos  quedarnos de brazos cruzados.

Inespre: el botón de muestra

Mientras el Instituto de Estabilización de Precios permanece en la inercia absoluta y  tiene en su nómina una carga de 25 subdirectores, 14 de los cuales no tienen funciones específicas, en el valle de San Juan están a punto de perderse  parte de los 200,000 quintales de habichuelas de la cosecha de invierno, debido a falta de precios de sustentación adecuados, como los que debería propiciar el Inespre si estuviera cumpliendo el papel que le corresponde.

Este paralelo trata de mostrar uno de los efectos nocivos del abultamiento de la nómina pública, un pecado que no es exclusivo del Inespre, pues sobran los viceministros, vicecónsules y otros cargos injustificables y bien pagados  que lastran y empobrecen la administración pública. El abultamiento de la nómina pública es uno de los vicios que caracterizan la gestión de los partidos políticos en los poderes públicos. Inespre es  solo un  botón de muestra.

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