El título de este artículo no es una casualidad ni una referencia caprichosa. Si alguna vez han escuchado la canción «Hotel California» de The Eagles, entenderán el sentimiento de estar atrapado en un lugar del que parece imposible salir. Esa es precisamente la sensación que hemos experimentado en más de una ocasión al visitar un centro comercial en particular de nuestra ciudad, tanto así que ya se ha vuelto una broma recurrente en mi casa. Cada vez que debemos ir a ese mall, decimos: «Vamos al Hotel California».
Dos sábados atrás, por la tarde, acudí con mi hija a este mall. Entramos sin inconvenientes y, para nuestra sorpresa, conseguimos un excelente parqueo. Sin embargo, la odisea comenzó al momento de salir de la plaza. Desde las 3:30 hasta las 4:12 estuvimos atrapadas en el estacionamiento, luchando contra el tráfico que se formó en las salidas. Este tipo de situaciones, lamentablemente, son cada vez más comunes y reflejan un serio problema en la infraestructura de estos centros comerciales.
El embotellamiento en las salidas no es solo una molestia. Nuestra experiencia es un claro recordatorio de que este problema puede tener consecuencias graves. No es la primera vez que vivimos algo similar en este centro comercial. Me parece importante y justo que se exijan planes de descongestión y una salida expedita de estos lugares. No deberíamos esperar, como suele suceder, a que ocurra una tragedia para tomar medidas. Si imaginamos este mismo escenario en una situación de emergencia, lo que para nosotras fue una espera frustrante, podría volverse catastrófico. No poder evacuar rápidamente una plaza comercial llena de personas debido a la congestión vehicular podría resultar en una tragedia de grandes proporciones.
Para mitigar estos riesgos, es esencial que los administradores de las plazas comerciales y las autoridades locales implementen soluciones efectivas. Algunas medidas posibles incluyen cobrar un monto fijo de parqueo al ingresar, en lugar de al salir, utilizar aplicaciones móviles para el pago del estacionamiento o instalar estafetas de pago en puntos estratégicos a lo largo de los niveles de la plaza, eliminando así la necesidad de detenerse en las casetas de pago al salir. Cualquiera de estas acciones contribuiría a agilizar el proceso de salida, eliminando cuellos de botella y facilitando una descongestión más rápida. Adicionalmente, la realización de simulacros regulares de evacuación, una señalización clara de las rutas de escape y el entrenamiento continuo del personal encargado de los estacionamientos pueden marcar una gran diferencia en caso de emergencia.
Nuestra experiencia de aquel sábado es un recordatorio de que el entaponamiento en las salidas de las plazas comerciales no debe tomarse a la ligera. Con mejor planificación y medidas preventivas, es posible reducir estos riesgos, garantizar la seguridad de todos en todo momento y evitar que una crisis nos tome por sorpresa. Por ello, hago un llamado a las autoridades competentes para que prioricen la implementación de planes de descongestión y salida expedita en estos centros comerciales. Es fundamental que estas soluciones se pongan en marcha de manera proactiva, sin esperar a que ocurra una tragedia. La seguridad de las personas debe ser siempre la prioridad.