El Hoy de la Academia de Ciencias

<p>El Hoy de la Academia de Ciencias</p>

DR. JOSÉ A. SILIÉ RUIZ, FRSH
La Academia que agrupa a una parte de los más importantes hombres y mujeres de ciencia en el país, está de fiesta. Arriba a sus 32 años de vida pública. Es para celebrarlo y de hecho así fue. En un magnífico evento en el remodelado salón de actos, la augusta Academia celebró en una hermosa noche su aniversario, con toda la solemnidad, la elegancia y el rigor que amerita la institución superior en lo que concierne a las ciencias en la República Dominicana.

En la oportunidad, en el discurso de apertura fueron leídas las memorias anuales por su presidente, el doctor Nelson Moreno Ceballos, científico, investigador e incansable dirigente, quien junto a una directiva de hombres y mujeres de positiva acción, han convertido la Academia en una indiscutible institución de gran respetabilidad al servicio del país y quienes han logrado crear un orgullo de pertenencia a los académicos.

En la oportunidad nuestro padre el doctor José A. Silié Gatón, fue reconocido junto a otras personalidades y se le entregó una bien merecida y hermosa placa: “Por su permanente actitud de trabajo en el Consejo Directivo, en la Comisión de Ética, en la de Evaluación de Nuevos ingresos, Comisión de Ciencias Jurídicas y en el Manual de Puestos y Funciones de esta Academia”. En tal virtud, en nombre de toda la familia, queremos agradecer a la directiva de la Academia por éste reconocimiento a un hombre que en su vida digna ha sabido hacer la conjugación de una existencia de trabajo, de honra, de enseñanza, de decoro, de trato afable para con todos y de apego a la conducta ética y moral que preconiza en sus libros.

Cuando hablamos de ciencia, lo probable es que pensemos en el biólogo con el microscopio, al médico encerrado en un laboratorio; que imaginemos un tecnócrata dilectando o a un físico con su ciclotrón, como simples espectadores o diseñadores fríos de fórmulas. Muy por el contrario: el científico actual es otro hombre, muy congruente con la sociedad en la que se desenvuelve, convertido en un intelectual activo y con un profesionalismo práctico y objetivo. La época del científico sabio, docto, dueño de la verdad absoluta, con un estilo bizantino, que no se contaminaba con el pueblo, encerrado en las aulas universitarias o de algún laboratorio, es ya cosa del pasado.

En el programa de la noche debió leerse la Declaración de Ética Anual, que escribe y da a conocer siempre nuestro padre; pero leves problemas de salud de última hora le impidieron su participación física. Me permito citar algunos párrafos de la Declaración de Ética 2005 a los amables lectores: “La Academia de Ciencias de la República Dominicana, entidad de carácter privado, apartidista y sin fines de lucro, cuenta con una valiosa reserva de hombres y mujeres pensantes, quienes son capaces de reflexionar y de visualizar la realidad nacional honestamente, lo cual la faculta para poner en escena los signos de sus pensamientos al servicio de la sociedad, con el propósito de que a quien corresponda, haga aprecio de sus observaciones en la búsqueda de soluciones convenientes para todos.

En tal virtud, es del pensar de los académicos, que para reforzar los fundamentos de la democracia de que hoy disfrutamos, es necesario entrar en la tarea gigante de afrontar con decisión la enorme obra de erradicar la ignorancia de un amplio sector de la población, la deficiencia en educación, la insalubridad principalmente en las zonas rurales, la deserción escolar y contribuir al desarrollo en general de nuestro país; única manera de terminar con el delito y la inseguridad ciudadana y otras deficiencias morales que están arropando a amplios sectores de la sociedad. Como afirma el filósofo científico Mario Bunge: “La ciencia es un medio de producción con una moralidad ética bien precisa: no puede haber ciencias deshonestas, ciencias en búsqueda deliberada del error o que eluda la crítica o que suprima la verdad”.

En realidad, este 32 aniversario de la Academia, lo recibimos sus miembros con gran regocijo, el salón de actos climatizado (con un aire de varias toneladas) y toda la planta física con gran esplendor; pero eso es sólo lo material. Esta directiva exhibe en sus memorias este año, la reestructuración de 10 comisiones científicas, 9 libros y revistas publicadas, 187 actividades realizadas (11 de los cuales son cursos), 8 investigaciones y evaluaciones, 4 revistas científicas publicadas regularmente, 40 asesorías realizadas (32 jurídicas y 8 científicas) y otros logros más. Es decir que para ésta junta, durante dos años consecutivos, lo prometido se ha hecho realidad.

La directiva actual de la Academia está presidida por un verdadero ejemplo de hombre comprometido con la misión de nuestra Academia, el doctor Nelson Moreno Ceballos a quien para él y su distinguida esposa Doña Cecilia, la familia Silié Ruiz da las gracias del alma junto a los demás miembros de la Directiva: doctor Milciades Mejía, doctor José Silié Gatón, doctor Ricardo García, doctor César Mella, doctora Irene Pérez Guerra, doctor Huberto Bogaert, ingeniero Rafael de León. En lo particular nos sentimos muy honrados de ser parte de esta directiva y ratificamos, nuestro compromiso como familia con la institución (mi padre, Rubén y un servidor). Nos sentimos parte de una responsabilidad asumida ante la comunidad intelectual, con la sociedad dominicana y con la historia. Con los amables lectores deseamos compartir nuestro alborozo, el más grato de todos; el que logra combinar las alegrías del espíritu y del intelecto.

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