Hace unas semanas, durante la celebración del “Día del Médico” en los salones de la Biblioteca Nacional, el Colegio Médico Dominicano invistió como “Maestros de la Medicina Dominicana” a tres buenos amigos, distinguidos colegas que se han hecho merecedores de tan alta distinción, por sus aportes científicos y su accionar personal, los doctores Jorge Marte, neumólogo; Luis Rivera, pediatra, y Severo Mercedes, cirujano plástico. La actividad contó con la agradable presencia de la Vicepresidenta de la República, doctora Margarita Cedeño de Fernández, que sonriente nos acompañó toda la noche. En el solemne homenaje y al oír al Dr. Pedro Sing, presidente del Colegio Médico dar lectura a las resoluciones que avalaban los hermosos galardones, me remonté al ejercicio médico por siglos, y es de lo que hoy quiero “conversar” con mis amables lectores.
El día del médico, publicamos en esta columna dominical del Hoy (El médico y la modernidad, 17 de agosto), nuestros juicios sobre el ejercicio médico en el país en la actualidad. El Dr. José Ángel Saviñón, prominente psiquiatra y gran amigo, quien dirige una de las redes científico-cibernéticas más completas de toda Latinoamérica, nos pidió esa colaboración para enviar el artículo de marras a su red y la remite con esta motivación que deseo compartir con ustedes: “Una de las columnas médicas más leídas en nuestro país pertenece al distinguido neurólogo José Silié Ruiz. Este profesor, (como dijimos en una ocasión en un artículo que pasamos en la Red de su autoría, donde abordaba el tema de la plasticidad neuronal), él tiene la virtud de hacer fácil y digerible para el público temas complejos y actualizados de las neurociencias. Esta publicación también se la pedimos para pasarla por nuestra red.
Me viene a la mente la frase de ese gran psiquiatra marxista español, Carlos Castilla del Pino, en su libro “El Humanismo Imposible”, al tocar el tema del capitalismo y la competencia médica nos dice: La misma exige la destrucción mayor o menor del otro, es inútil pedir deportividad, lo único que puede vivirse deportivamente es una partida de tenis. Tratemos como dice José, de que a pesar de estos tiempos modernos, la medicina no pierda esos visos de humanidad. Veamos el artículo de nuestro viejo amigo.”
Como vemos se desprende de lo anterior, la preocupación por el humanismo médico intranquiliza a muchos talentosos entes pensantes de nuestra profesión. El preponderante profesor Dr. Héctor Mateo, en una entrevista para la fecha en este periódico, enfatizó por igual que uno de los aspectos más relevantes de la práctica médica hoy día, es en parte la pérdida del humanismo. Divagaba en mis pensamientos esa noche de premiación médica, y pensé en cuáles son las condiciones que adornan al médico humanista: bondad, sabiduría, respeto, compasión, solidaridad, integridad y señorío.
Durante los últimos 50 años, la medicina ha ido perdiendo progresivamente la imagen humanista que nos identificó con el modelo hipocrático durante milenios. Nos hemos “tecnificado”, muchas veces le damos más peso al modelo racional cientificista y nos divorciamos de algo que no debemos perder nunca de perspectiva para ejercer una medicina conceptuosa y justa y es “la sensibilidad humana”. Pero debemos ser realistas, en este mundo materialista y globalizado en que vivimos. Penosamente, esa costosa medicina convertida hoy en apetecida mercancía, en un mercado capitalista cruel e indolente, no es una medicina humanitaria. Qué bueno, que se reconocieron a estos tres distinguidos médicos, son ejemplos, esto nos confirma que todavía el médico dominicano es un ser humano con la combinación de: lo científico, lo biomédico y lo humanista. ¡Congratulaciones fraternas!