Puerto Príncipe- El paso del devastador huracán Matthew por el sur de Haití, el 4 de octubre, causó cerca de 2.000 millones de dólares en daños, anunciaron el viernes las autoridades de Haití.

Según estudios realizados con respaldo de instituciones financieras internacionales (Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo) el monto de las pérdidas ronda los 124.800 millones de gurdas, el equivalente a 1.890 millones de dólares.

La catástrofe, en la que murieron 546 personas, según el último balance oficial, fragiliza la ya débil economía del país más pobre del Caribe, amputando más de 20% de su Producto interno bruto. Considerada el granero del país, la región sur de Haití fue arrasada por vientos de más de 250km/h y lluvias torrenciales.

El sector agrícola sufrió daños por cerca de 600 millones de dólares, y más de 175.000 personas perdieron su vivienda, a un costo de otros 600 millones, según los economistas.

La urgencia de alimentar y dar abrigo a decenas de miles de personas se produce en momentos en que el país está además sumergido en una crisis política.

La primera vuelta de la elección presidencial de 2015 fue anulada en razón de masivos fraudes y reprogramada para el 9 de octubre pasado. Pero la llegada de Matthew, unos días después, obligó a postergar la consulta. La primera vuelta tendrá lugar el 20 de noviembre y la segunda el 29 de enero de 2017.

El desafío consiste en encontrar lugares para acoger mesas de votación: más de 500 escuelas, utilizadas habitualmente para las elecciones, resultaron dañadas o totalmente destruidas.

El ministro de Economía y Fianzas, Yves Romain Bastien, denunció además la utilización con fines políticos y electorales de la ayuda humanitaria y señaló que las autoridades estaban «tomando todas las disposiciones para que eso cambie». Sin embargo, cerca de un mes después del paso del huracán la ira aumenta entre los damnificados, que se quejan de la lentitud con que les llega la asistencia.

El martes, una adolescente resultó muerta y otras tres personas heridas a balazos en Dame-Marie, pequeña ciudad del sudoeste del país, durante una distribución de ayuda humanitaria que degeneró en incidentes.