El hombre es el único ser vivo capaz de cuestionarse la razón de su existencia. Pero, también, es el único en adaptarse y en reproducir los cambios para lograr el bienestar social y la felicidad. Para eso, el hombre necesita estructurar el ideal del “yo” y el ideal social. ¿Cuál es el ideal social nuestro? ¿Cómo se construye el ideal social dominicano?
Las evidencias socio-económicas, institucionales y existenciales hablan de la ausencia del ideal social. Las cifras cuentan del aumento de pobreza, del descenso porcentual de clase media a media baja y pobre, producto de la mala distribución de la riqueza y de la falta de empleo de calidad. El sistema de salud y la seguridad social sigue siendo un modelo excluyente, desigual y deshumanizante. El viejo sistema eléctrico, el transporte y los servicios públicos siguen sin responder a las demandas de la ciudadanía.
La inseguridad ciudadana, el crimen organizado, los atracos, secuestros, robos, tumbes, sicariato, no se han detenido, y continúan representando riesgo y vulnerabilidad para los grupos más excluidos. El sistema de partido, el liderazgo nacional no es creíble y de referencia a imitar. El crecimiento económico son cifras que no repercuten en el salario, el empleo, la calidad de vida y la felicidad de las grandes mayorías. Las iglesias han puesto en evidencia su propia angustia y limitaciones, en responder moral y éticamente a unos feligreses en angustia y agonía espiritual.
El ser humano que vendió su tiempo y su fuerza de trabajo se encuentra excluido de la seguridad social y con enfermedades catastróficas sin tratamiento. El plan básico familiar tan solo cubre tres mil pesos al año, dejando desprotegidos a cientos de dominicanos enfermos. La corrupción, la ilegalidad, el mercado ilícito y el narcotráfico se han convertido en los espacios de mayor ascenso social. La crisis de valores, el relativismo ético y la falta de la ética pública y privada han puesto en evidencia la existencia de una sociedad sin consecuencia.
El ideal social se estructura en la equidad, la cohesión, el estado de derecho de las personas y de la oportunidad para el desarrollo sin exclusión. Ese ideal social se convierte en cuerpo y esqueleto del progreso con educación, salud, empleo y calidad de vida, para prolongar la esperanza de vida y la felicidad. El ser humano construye el ideal social a través del altruismo social, de la solidaridad y la justicia social, para el hombre ser bueno, ético, moral, tiene que vivir el ideal personal y social.
Si vivimos en crisis del ideal social y personal, ¿Qué podemos esperar? ¿Qué tipo de ciudadano construimos y qué país fomentamos? Las crisis nos hablan de un país sin ideal social; de una desmoralización sin esperanza y de la falta de ética en lo público y lo privado. En lo personal cada quien debe estructurar su ideal. En lo social le corresponde al Gobierno, empresarios, iglesias, universidades, a la sociedad civil, a todos y todas si queremos un país diferente, pero no desigual como el que vivimos.
El ideal social construye ciudadanos responsables, comprometidos y empoderados para cambiar el rumbo a una sociedad enferma y cansada. Donde se abandone el presentismo, se construya para el futuro y se viva con lo mejor del pasado.