177 aniversario de la Independencia Nacional. En estos días grises, en los que el pueblo siente opresión a causa de la pandemia de la covid-19, debemos ser más cívicos que nunca; respetar el protocolo sanitario establecido por las autoridades, pensar en el bienestar de la familia y de los demás, evitando salir a la calle contagiado, son formas de hacer Patria.
En estos meses transcurridos, en los que la pandemia de la covid-19 nos ha invadido e infundado temor, y en momentos en que los dominicanos celebramos, este 27 de febrero, 177 años de nuestra Independencia Nacional, de la opresión haitiana, es válido recordar la lucha e ideario de nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, en pro de la libertad del pueblo dominicano.
Los dominicanos pronto cumpliremos un año de ‘prisión domiciliaria’ a causa de un virus desconocido y, esperanzados de una posible inmunización por parte de una vacuna. ¿Cómo, entonces, imaginar el contexto de 1822-1844, período en que el pueblo era prisionero por parte de los haitianos que permanecieron, en este lado de la isla por 22 años, ejerciendo su poder y opresión y, por igual, las ansias de un grupo minoritario que luchaba en secreto por la libertad?
Esta reflexión nos lleva a valorar aún más la lucha y entrega de los fundadores de la Patria, dirigidos por Duarte, quien como sabemos luego de diseñar estrategias, conformar grupos de personas con iguales pensamientos, (La Trinitaria, Filantrópica, La Dramática) y utilizar los recursos y bienes familiares, fue traicionado, maltratado y enviado al exilio en Venezuela donde finalmente murió.
Para Emiliano Tejera, escritor, político y pensador dominicano, hijo de Juan Nepomuceno Tejera y Tejera, uno de los miembros de La Trinitaria, Juan Pablo Duarte era “el dominicano de gloria más pura y así como también el más grande entre los fundadores de la Patria por la alteza de sus conceptos, la fecundidad de su labor y su desinterés y su abnegación imponderables”.
Manuel Arturo Peña Batlle, historiador y político lo definía como “el fundador de la República, digno siempre de admiración y respeto”.
Al igual que estos pensadores, muchos de nosotros, que sentimos amor por República Dominicana tenemos una alta valoración en torno a la persona y lucha de nuestro fundador.
En estos tiempos grises, en que el pueblo siente opresión a causa de la pandemia de la covid-19, debemos ser más cívicos que nunca; respetar el protocolo sanitario establecido por las autoridades, pensar en el bienestar de la familia y de los demás, evitando salir a la calle para contagiar o contagiarnos. Son formas de hacer Patria.
“Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”, decía Duarte. Y así como este ideario, muchos otros se adaptan “como anillo al dedo” a las circunstancias en la que nos encontramos ahora.
De esta forma, vemos la grandeza y visión de un líder que luchó por su pueblo no de forma circunstancial, sino por convicción, dejando, a través de sus pensamientos, la llama patriótica encendida.
Entonces, decía Duarte, “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que los hombres sin juicio y sin corazón conspiran con la salud de la Patria”.
En uno de sus pensamientos más patrióticos decía: “Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas: destruir la Nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar la Nación entera”.
Y… así, Duarte sembró en el pueblo de la época la semilla patriótica para que germinara a lo largo de toda la historia.
Hizo recomendaciones para todos los órdenes sociales, a los gobernantes les advirtió que “deben mostrarse justos y enérgicos… o no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia Nacional”, recordando que “Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.
LA FRASE
Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y triunfante”, Duarte.