Con el indetenible proceso de traspasar los hospitales del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) al Servicio Nacional de Salud como parte de la Red Única de los Servicios de Salud, tendrá que escoger entre dos caminos: desaparecer o reinventarse, definiendo nuevos roles dentro del sistema nacional de salud.
Apenado escribo este artículo, ya que fui parte de esa prestigiosa institución por casi veinte años, ofreciendo servicios a diferentes personas aseguradas y no aseguradas y de distintas clases sociales que en algún momento necesitaron del IDSS.
Hoy vemos con tristeza cómo miles de empleados y trabajadores que cotizaron, hoy se encuentren en un estado de incertidumbre por la suerte que correrá el viejo IDSS, el que a tantas personas atendió, curó y le resolvió problemas de familias.
Entendemos que el Ministerio de Salud, con la Red Única, no podrá asumir a miles de empleados administrativos que durante años prestan servicios en esa institución de 70 años al servicio de la clase trabajadora.
Pues históricamente fue una entidad que sembró grandes frutos, que tuvo su apogeo en materia de seguridad social, a pesar de sus deficiencias originarias, las que nunca sus distintas autoridades pudieron superar, hasta dejar que hoy se encuentre en situación crítica, a punto de morir.
Es por todo esto, que creo que la crisis en que aparenta terminar la vida operativa y asistencial del IDSS fue consecuencia de sus malas administraciones.
En muchas ocasiones escribimos algunos artículos donde sugeríamos que el IDSS debía ser transformado y administrado con mayor eficiencia y eficacia donde se optimizaran sus recursos, se mejorara la calidad de los servicios al trabajador y así se evitaba la desafiliación del sector patronal.