El impacto de los influencers en la salud mental de los jóvenes

El impacto de los influencers en la salud mental de los jóvenes

La salud mental en los jóvenes es una crisis silenciosa que afecta a miles de personas en República Dominicana y América Latina.

Las redes sociales, aunque son herramientas poderosas, también juegan un papel complejo en esta problemática, ofreciendo tanto riesgos como oportunidades.

En la era digital, las redes sociales han transformado la forma en que los jóvenes se relacionan, expresan y construyen su identidad. Aunque estas plataformas ofrecen oportunidades para la conexión global y el aprendizaje, también presentan desafíos críticos, especialmente en el ámbito de la salud mental.

Una de las fuerzas más influyentes en este espacio son los influencers, quienes moldean hábitos, creencias y valores de millones de jóvenes. Es una persona con una fuerte presencia en redes sociales que tiene la capacidad de influir en las opiniones, decisiones y comportamientos de su audiencia.

Esto se logra gracias a su credibilidad, carisma o experiencia en áreas específicas como moda, tecnología, bienestar o entretenimiento. Su objetivo es crear contenido para educar, inspirar o entretener, y su impacto es tal que muchas marcas los eligen como embajadores para promocionar productos o servicios, aprovechando la conexión directa que tienen con sus seguidores.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más del 13% de los adolescentes en el mundo padecen trastornos mentales, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes. En América Latina, un estudio de UNICEF (2022) reportó que el 27% de los jóvenes perciben un deterioro en su salud mental tras la pandemia.

En República Dominicana, el Colegio Médico Dominicano (CMD) ha señalado un aumento en los casos de ansiedad entre jóvenes de 15 a 24 años, atribuido en parte a la presión académica, económica y el uso excesivo de redes sociales.

¿Cuál es el papel de las redes sociales?

Según un informe de la Royal SocietyforPublicHealth en Reino Unido, plataformas como Instagram y TikTok tienen el mayor impacto negativo en la salud mental juvenil, asociadas con problemas como la insatisfacción corporal y el síndrome del impostor. El 62% de los jóvenes entrevistados dijeron sentirse peor consigo mismos tras pasar más de dos horas al día en estas plataformas.

Un dato preocupante es que, en la República Dominicana, los jóvenes pasan en promedio 6.4 horas al día conectados a internet, según el Estudio de Redes Sociales de We Are Social (2023). Este tiempo prolongado expone a los usuarios a comparaciones constantes y estándares inalcanzables promovidos por influencers.

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¿Inspiración o presión social?
El impacto de los influencers en la juventud es significativo y multifacético, ya que pueden moldear desde los hábitos de consumo hasta la autoestima y los valores de los jóvenes. Por un lado, los influencers positivos inspiran y educan, promoviendo mensajes de empoderamiento, salud mental, sostenibilidad y activismo social. Ejemplos como NashlaBogaert en República Dominicana o Juanpa Zurita en México han demostrado cómo las plataformas digitales pueden utilizarse para causas constructivas.

Sin embargo, también existe un lado negativo. Algunos influencers generan presión social al promover estándares de belleza inalcanzables, estilos de vida irrealistas o contenido superficial que puede afectar la autoestima y el bienestar emocional. Además, el constante consumo de sus publicaciones puede llevar a los jóvenes a compararse y sentirse insuficientes. Este doble impacto hace crucial educar a la juventud sobre el uso consciente de las redes sociales y la elección de referentes auténticos y positivos.

Un estudio de CommonSense Media (2022) reveló que el 58% de los adolescentes sienten que las redes sociales aumentan la presión por tener una vida “perfecta”. Esto se amplifica con la proliferación de contenido de influencers que muestran un estilo de vida glamoroso, a menudo inaccesible para la mayoría de los jóvenes.

Sin embargo, no todo es negativo: el 36% de los encuestados reconoció haber encontrado inspiración en influencers que comparten historias auténticas sobre sus luchas personales.

Los influencers son, en muchos casos, referentes aspiracionales para los jóvenes. Un informe de Deloitte (2023) señala que el 74% de los adolescentes sigue a al menos un influencer cuya opinión consideran más confiable que la de una figura política o un docente.

Impacto positivo y negativo de los influencers en la juventud

Los influencers tienen un papel importante en la configuración de valores y comportamientos de la juventud, con un impacto que puede ser tanto positivo como negativo dependiendo del enfoque de su contenido y el mensaje que transmiten.

Los influencers positivos han sabido utilizar sus plataformas para promover causas importantes y generar conciencia sobre temas trascendentales. Por ejemplo, en la República Dominicana contamos con:

  • Nashla Bogaert: Actriz y productora, ha sido una voz activa en la promoción de la igualdad de género y la sostenibilidad. A través de sus publicaciones, motiva a sus seguidores a cuidar el medio ambiente y tomar decisiones conscientes que beneficien a la sociedad.
  • Sergio Carlo: Reconocido por su programa El Antinoti, ha utilizado sus redes para fomentar el análisis crítico, la educación cívica y la participación activa en temas políticos y sociales. Su enfoque promueve una juventud más informada y comprometida.
  • Carlos Durán: Con un estilo humorístico y motivador, ha logrado conectar con jóvenes al transmitir mensajes sobre la importancia de la perseverancia y el optimismo, además de involucrarse en campañas sociales para ayudar a los más necesitados.

Durán ha compartido en múltiples ocasiones su lucha contra la ansiedad y la presión de vivir a la altura de las expectativas de su audiencia. A través de sus plataformas, ha hablado de cómo estas dificultades lo han llevado a buscar apoyo profesional y a priorizar su bienestar emocional. Sus publicaciones no solo incluyen motivación, sino también mensajes sobre la importancia de cuidar la mente.

Estos influencers demuestran que es posible usar el alcance de las redes sociales para inspirar acciones positivas, promoviendo valores como la empatía, el respeto y la solidaridad.

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Impacto negativo

Por otro lado, no todos los influencers usan su plataforma de manera constructiva. Tienen mensajes superficiales y retos peligrosos.

La proliferación de tendencias como el «BenadrylChallenge» o el «BlackoutChallenge» ha puesto en peligro la vida de jóvenes al promover actividades riesgosas. Estos retos se vuelven virales rápidamente, lo que demuestra cómo el contenido irresponsable puede tener consecuencias graves.

Muchos influencers priorizan la apariencia física y el lujo, lo que genera estándares irreales de belleza y éxito. Esto puede afectar la autoestima de los jóvenes, llevándolos a compararse constantemente y a sentirse insuficientes. Según un informe de CommonSense Media, el 35% de los adolescentes siente presión por lograr «likes» en redes sociales, lo que refuerza la idea de que su valor depende de la validación externa.

Un llamado al equilibrio

Es fundamental educar a los jóvenes para que consuman contenido de manera consciente y sepan distinguir entre influencers que promueven valores positivos y aquellos que priorizan la superficialidad o incluso el riesgo. Los ejemplos positivos demuestran que las redes sociales pueden ser herramientas poderosas para el cambio social, siempre que se usen con responsabilidad.

La salud mental de los jóvenes en la era digital es un desafío creciente que requiere atención urgente, especialmente en un contexto como el de República Dominicana y América Latina.

Las redes sociales, aunque ofrecen múltiples oportunidades para la conexión y el aprendizaje, también pueden ser un terreno fértil para la comparación social y la presión por cumplir con estándares inalcanzables, lo que impacta negativamente en la autoestima y bienestar emocional de los jóvenes.

Los influencers juegan un papel crucial en esta dinámica, ya que tienen el poder de moldear comportamientos y creencias, tanto de manera positiva como negativa. Mientras que algunos utilizan sus plataformas para promover causas constructivas y valores positivos, otros fomentan contenidos superficiales que exacerban problemas de salud mental como la ansiedad y la insatisfacción corporal.

Por lo tanto, es esencial fomentar un uso consciente y equilibrado de las redes sociales, educando a la juventud para que elijan referentes auténticos y responsables, y para que prioricen su bienestar mental por encima de la presión social. Las redes sociales, si se utilizan de manera correcta, tienen el potencial de ser una herramienta poderosa para el cambio positivo y el empoderamiento.

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