El impacto de las emociones en la opinión pública

El impacto de las emociones en la opinión pública

Sesenta millones de personas de todo el planeta buscaron en Google la palabra post-verdad o post-truth en inglés, lo que motivó que el diccionario Oxford la definiera como la palabra del año 2016.
El concepto de Post-verdad se utilizó por primera vez en el año 1992 por el dramaturgo serbio-estadounidense Esteve Tesich, quien escribió varios ensayos sobre los escándalos de Watergate, Irán-Contra y la guerra del Golfo. La palabra ha sido utilizada en los últimos diez años, pero en el 2011 el bloguero David Roberts la popularizó hasta convertirse en lo que el diccionario define como un neologismo.
La post-verdad se define como “circunstancia en las que los hechos objetivos tienen menos influencias en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. A la post-verdad se le conoce también como mentira emotiva porque no tiene relación con hechos objetivos y más bien es una especie de estafa y falsedad.
Un ejemplo de post-verdad fue la afirmación del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que lanzara la “bola”, como decimos aquí, de que el presidente Barack Obama no había nacido en ese país. Fue una mentira que centró por varios días la atención de la opinión pública por tratarse de la figura que es.
Como vimos, después de esa mentira vino la verdad, tras mostrarse toda la documentación, pero mientras, el morbo y la emoción reinaron. Es así como vivimos el día a día, ahora más con la manipulación de las “tendencias” en las redes sociales.
En la actualidad ocurre todo lo contrario a lo que conocimos como Nuevo Periodismo, el movimiento que nació en Estados Unidos en los años 60 y que hizo furor en los 80. En nuestro país, lo cultivó por mucho el periodista Ramón Colombo.
El Nuevo Periodismo dejó atrás las reglas de la llamada pirámide invertida, la técnica de escribir noticias, para ampliar con más detalles la historia, vinculando el periodismo con la literatura y cuyo resultado fue también el periodismo de investigación.
Para los jóvenes, hoy, el nuevo periodismo es el de las redes sociales, donde se compite por quién da la noticia primero, ya sea cierta o falsa, donde prima también el factor emoción y muchas veces aparecen “noticias” que son replicadas en la red Whatsapp, con una irresponsabilidad que raya en la burla.
La semana pasada en la red Facebook apareció una información, que fue replicada pese a ser mentira: la muerte del ex presidente José Mujica, don Francisco, Chayanne, Shakira; y el pasado sábado fue tendencia otra invención: supuestamente el ex presidente, Leonel Fernández habría sufrido un accidente al caer una avioneta en la que viajaba. Nada de eso pasó, por suerte.
Vivimos de los titulares, y hasta nuestro presidente dio el suyo en su rendición de cuentas el 27 de febrero: “Hablaré más adelante del caso ODEBRECHT”, y todos nos quedamos hasta el final por las expectativas que creó.

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