El impacto ineludible

El impacto ineludible

La República Dominicana está  enfrentando, y enfrentará por mucho tiempo,   el impacto ineludible del sismo que ha causado decenas de miles de muertos en Haití. En lo inmediato, la ayuda humanitaria, asistencia a heridos y otras acciones, son la primera fase de ese impacto. Y después veremos cómo la desolación y la falta de oportunidades hará incrementar el flujo migratorio de Haití hacia la República Dominicana.

Esta reflexión se produce a propósito de las declaraciones de Christopher Lambert, encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en nuestro país, en el sentido de que el Gobierno de su país tendrá en cuenta el impacto que sobre la República Dominicana ha de tener el terremoto de Haití. Ha dicho, entre otras cosas, que el Presidente Barack Obama se compromete a atender las necesidades de los dos países que ocupan la Hispaniola surgidas como consecuencia del sismo.

Cierto es que hemos asumido nuestro papel como nación solidaria con el sufrir del pueblo haitiano y que no le ponemos límites ni precios a ese sentimiento. Pero es evidente que necesitamos ser ayudados para poder seguir ayudando al pueblo haitiano a mitigar los efectos devastadores del desastre. Medicinas y materiales para los hospitales más presionados por la demanda de servicio es parte de lo que necesitamos.

Evitemos falsa solidaridad

Las catástrofes como la de Haití suelen activar sentimientos de la más pura solidaridad, y eso es lo que se está manifestando con la ayuda masiva y de todo tipo que se está volcando hacia el pueblo haitiano. Pero es inevitable que surjan oportunistas, gente de aviesos sentimientos que no pierde tiempo en tratar de sacarle provecho particular a situaciones tan dolorosas como la que atraviesa el pueblo haitiano.

En virtud de eso, las autoridades deberían crear las condiciones para que toda colecta de ayuda destinada al pueblo haitiano se haga a través de organizaciones debidamente acreditadas y reconocidas, y no de personas particulares. El pueblo dominicano es altruista y solidario, y el pueblo haitiano necesita ayuda, pero ni uno ni otro merece que se le engañe y que una tragedia sea tomada para fines de lucro particular. Hay que tomar las medidas necesarias para que las muestras de solidaridad lleguen a su justo destino.

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